THREE. ミ derrota

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Antonella

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Antonella.

La semana pasó volando, literalmente. Casi ni salí de la habitación y tampoco salí a recorrer un poco en mi tiempo libre, solo había salido el día siguiente al cumpleaños de Melina, donde fuimos a desayunar. Además, no había vuelto a ver a Enzo. No sabía ni por qué le daba tantas vueltas al chabon en una semana, pero lo que estuve encerrada solo me ponía de a ratos a pensar en él y hasta lo había stalkeado un poco en todos lados, un poco nomás. Y tampoco me había acercado tanto a los entrenamientos porque Diego me necesitaba más que nada para los partidos, yo encantada porque podía descansar y a la vez ponerme modo turista, cosa que no hice.

Y después de días fue ahora cuando había salido del hotel por completo, cuando era el primer partido de la selección. El colectivo con todos los jugadores iba adelante de nosotros, incluida Melina iba con ellos, mientras nosotros íbamos en otro detrás. Al llegar al estadio, comenzamos a bajar todos. Fuimos los primeros en salir del colectivo mientras los chicos seguían haciendo quilombo en el de ellos. Fui a la par de Diego todo el tiempo cuando entramos por detrás del estadio y fuimos directo hacia nuestro lugar, una sala bastante grande lleno de cosas como botiquines, una camilla y hasta una pequeña cocina. Justo quedaba al lado del vestuario de los chicos, quienes a lo minutos de que me instalé en nuestra zona, comenzaron a pasar por ahí yendo a los vestuarios. No vi a Melina, pero tampoco quería molestarla porque también estaba trabajando.

─ Esperemos que sea tranqui el día de hoy ─ habló Diego y yo le sonreí.

Si, esperemos.

Salimos de nuestra sala pasando por los vestuarios y busqué con la mirada a Melina, para desearle suerte, pero en vez de encontrar la de la rubia me encontré con la de Enzo, quien estaba sentado en su lugar y al verme se levantó rápido viniendo hacia mí. Y ahí fue el momento en que comencé a correr para escapar, no irónicamente. Fue una acción que tomó mi cuerpo instintivamente e hice caso. Además, tenía que estar centrado en el partido y no quería joderlo como a Melina. Seguí trotando hasta el final del pasillo buscando a Diego y doblé hacia otro cuando lo vi, tratando de desviar a Enzo si es que todavía me seguía. Y llegué al mayor casi sin poder respirar.

─ ¿Nena, estás bien?

─ Si si, no pasa nada tranquilo, pensé que te perdía ─ le respondí tratando de que no le de importancia y agarré mi botella para bajarla hasta la mitad.

Cuando el partido estaba por comenzar, nosotros nos fuimos a otra sala aparte para ver todo por una tele que estaba en el túnel, donde los chicos habían salido hace unos momentos. Después del himno, el partido comenzó. No sabía por qué, pero me estaba poniendo nerviosa y el corazón me vibró cuando antes de los diez minutos de partido, hubo penal para Argentina y festejé con los demás que estaban a mi al rededor. Messi fue a tirar y entró en el arco, ahí todos volvimos a festejar y yo no dejaba de sonreír, estábamos a un paso más adelante por el momento.

✓ HECHIZAME, enzo fernandezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora