∙:˚☆ミ ࣪ hechizame!
( selección argentina 𝗳𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰 )
𝗼𝗼. en donde antonella es convocada cómo kinesióloga de la selección argentina para qatar y al viajar se reencuentra con alguien que solo una vez vió, pero trajo todo tipo de sentimiento...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Antonella.
La puerta de la habitación no dejaba de hacer ruido mientras del otro lado gritos, haciendo que me despertara.
─ ¡Nella! ¡Buenos días! ─ reconocí el chillido de la voz de Melina al otro lado acompañado de más golpes a la puerta.
Dios, ¿que tenía esta chica de puño? ¿Por qué se levantaba tan temprano? Me removí en mi cama sin poder levantarme pero tenía que hacerlo ya que Melina no iba a parar.
─ ¡Me podes...
─ ¡Ya voy! ─ grité cayendo al piso enredada en la sábana ─ La puta madre ─ susurré pudiendo levantarme y fui hacia la puerta con la cara más fruncida que mi culo a la mañana ─ Meli, hola.
─ Ay por fin ─ me empujó de la puerta y entró a la habitación dando un vistazo a todo girando en su lugar ─ Que linda piezita.
Yo hice una mueca, estaba hecha media un embole porque no tuve tiempo de separar las cosas de la valija y eso que estuve unos días acá encerrada. Miré a Melina, estaba con ropa deportiva así que imaginé que tuvieron entrenamiento a la mañana. Además, ni siquiera parecía transpirada y el pelo rubio le brillaba, una envidia. Cerré la puerta y de pasada me miré en el espejo bajando el nido que tenía yo en la cabeza para darle una sonrisa a la menor.
─ ¿Que pasó? ¿Por qué tenías que venir tan temprano? ─ pregunté volviendo a la cama para tirarme de panza mientras sentía que ella se sentaba en los pies.
─ Pasaba a saludarte, aparte te perdiste el desayuno ─ giré mi cabeza para mirarla ─ Quería saber si te pasaba algo.
─ No, solo me quedé durmiendo más. ¿Vos desayunaste? ─ le pregunté esperando que me diga si, quería saber que era lo que comió para ya saber más o menos que servían. Ella asintió.
─ Si, unas barritas de cereal, pero las traje yo porque no las dan acá.
─ ¿Te gustan mucho esas barritas? Siempre te veo comiendo de esas todo el tiempo ─ le sonreí y era cierto, siempre estaba comiendo eso y me causaba algo de ternura porque parecía una nena chiquita.
Yo saqué rápido mí sonrisa cuando noté cómo su cara fue decayendo cuando dije eso y me sentí mal, la puta madre. ¿Por qué tenía que hablar? Ninguna dijo nada por unos segundos y Melina frunció los labios para volver a sonreírme.
─ Whatever, también venía para decirte si querías venir conmigo y los chicos a pasear en monopatín a la tarde después del entrenamiento ─ entre abrí la boca sin saber que decir y me senté rápido en la cama.
─ ¿Tienen otro entrenamiento a la tarde? ─ logré preguntar sin saber qué decir.
─ Si, pero más corto porque es cómo un repaso. Por eso si querés venir, vení con nosotros al entrenamiento que después salimos.