Antonella.
La gente describe el desamor como ese sentimiento instantáneo, en el que el corazón se rompe en un millón de pedazos irreparables, que se dispersan en diferentes direcciones. Algunos pedazos se pierden, mientras otros te apuñalan en el pie cuando limpias el desastre. El desamor es así de despiadado, te da una patada en el orto cuando ya estás en el piso.
Creo que esas personas que describen el desamor son mentirosos. Todos y cada uno de los que hablan de una experiencia demoledora, como si se pudiera arreglar un corazón con un re pegamento y fuerza de voluntad. Los corazones no se rompen porque eso sería demasiado fácil. Los corazones se expulsan de un avión, se dejan caer con fuerza sin paracaídas.
Puedo decir sin temor a equivocarme que el desamor se siente sordo y hueco, que no deja más que la cáscara de un órgano. Un peso roto y destrozado dentro mío, que se aprieta y se suelta con las palabras que Enzo dijo durante la noche. Las miradas que dirige a mi cuerpo, la sensación de que sus manos me tocan, la forma en que me hace arder con una sola caricia. Y ni hablar de su sonrisa.
Sus acciones cortan partes de mi corazón, con un cuchillo de sierra oxidado.
Que Enzo oculte el tema de su contrato o no quiera compartirlo conmigo es un problema superficial. Aunque igualmente me duele y no sé si es de egoísta enojarme por eso, pero solo estoy dolida. Sé que tiene intenciones puras. El verdadero problema es su amor por el fútbol y su malestar por aceptar su contrato en un ambiente de trabajo negativo, y el potencial sacrificio que haría al renunciar a mí. ¿Y para qué?
¿Amigos con derechos? Al final, somos una mejora más brillante de lo que él prefiere. Y quizá me hice ideas de algo que no existía y cuando él regrese a Portugal quiera dejar todo acá, que todo termine y esto solo fue para pasar el rato en sus tiempos libres, una distracción. Porque él no dejaría nada de eso para otra solución. Así que yo lo hice, antes de escuchar las mismas palabras salir de él que sé que me iban a doler más si no las decía yo misma.
Lo pensé durante horas. Su deseo es mi orden. Estoy a punto de hacer estallar todo, como la Tercera Guerra Mundial. Me levanto y tomo unas cuantas bocanadas de aire para hacerme de valor. Yo podía. Todavía seguía en pié el plan de que mí cama en Argentina era bastante cómoda para pasar unos días ahí desbordada.
El cielo negro con estrellas radiantes me reconforta en medio de mi tristeza. Enzo se durmió hace horas, demasiado contento y saciado para permanecer despierto. A pesar de mi dolor, lo amé cada segundo de la noche.
Debería estar feliz y emocionada por la forma en que se preocupa siempre por mí. Y claramente lo estoy. Pero a la vez también no lo estoy. Egoísta, ya se basta. Por eso cuando Enzo se despierta con el amanecer del desierto, es obvio lo que por el bien de él y de su futuro, tengo que hacer un sacrificio porque él no lo va a ser o quizás de vueltas y yo voy a terminar peor.
Por suerte para mí, conozco el camino para llegar a Enzo. A lo largo de las semanas, aprendí todo sobre él, desde la forma en que se prepara para los partidos, hasta su preferencia por acurrucarse conmigo en los días de calor con el aire acondicionado de mí habitación. Lo que más aprendí es que tiene muy pocos desencadenantes. Con gente como él, sólo necesito una chispa para que su demonio salga a la superficie, desafiando su vida construida sobre ilusiones y medias verdades.
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✓ HECHIZAME, enzo fernandez
Fanfiction∙:˚☆ミ ࣪ hechizame! ( selección argentina 𝗳𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰 ) 𝗼𝗼. en donde antonella es convocada cómo kinesióloga de la selección argentina para qatar y al viajar se reencuentra con alguien que solo una vez vió, pero trajo todo tipo de sentimiento...