FOURTEEN. ミ enzo

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Enzo

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Enzo.

─ No puede ser, hijo de puta.

Julián se cruzó de brazos y suspiró mientras yo solo me reía juntando las cartas que teníamos arriba de la mesa. Estábamos jugando al truco después de la concentración y así, no lo tendríamos que estar haciendo pero lo hicimos.

Julián me llevaba por mal camino, ponele.

─ ¿Che no deberíamos ir a comer ya? ─ pregunté dejando las cartas a un lado.

─ Ni idea la verdad ─ él se pasó la mano por la boca y los dos nos giramos a los demás que andaban ahí boludeando ─ Pero si, porque es la hora.

A los minutos que terminamos de ordenar todo nos llamaron para comer, así que fuimos al comedor del hotel donde los platos ya estaban servidos y yo sinceramente, me cagaba de hambre así que me clavé toda la carne con papas fritas de una y noté que por lo menos no fui el primero en terminar, estábamos todos iguales. Volví a pedir otra agua y mientras esperaba me puse a hablar con Julián y Ota, que estaban ambos en cada costado mío.

─ Ojalá mañana no sea tan complicada la cosa ─ rió Ota mientras Juli y yo reíamos.

─ ¿Que decís?

─ Se sufre igual ─ le respondí sonriendo y me llevé el vaso a la boca tomando el agua fresca que recién había llegado.

─ No boludo, el partido pasado una locura ─ el negó con la cabeza y yo asenti despacio con la cabeza.

─ Pobre Meli ─ los dos giramos la cabeza a Julián que aclaró ─ Digo, la pasó re mal con esa decaída.

─ Anto también ─ le dije acordándome de cuando fui al túnel por lo de Melina y me encontré con ella ─ Pero bueno, por suerte nada llegó a mayores.

─ ¿Vos qué onda con esa? ─ alcé una ceja a Ota confundido ─ La kine.

Fruncí el ceño y después caí lo que quería decir, y no pude evitar sonreír recordando todo. La puta madre.

─ Nada boludo.

Otamendi me miró fijamente y desvió su mirada a Julián que comenzó a reírse, yo también lo miré.

─ ¿Vos qué sabés chiquitín? ─ le preguntó y él solo levantó la manos.

─ Lo mismo que vos, nada ─ trató de no volver a reírse y yo negué con la cabeza.

Si, mantenía algunas cosas de Anto en secreto, pero él sabía más porque me hacía la segunda siempre. Y la verdad no sé cómo se la voy a devolver.

Algunos de los chicos se levantaron dando el provecho aunque todos habíamos terminado de comer.

─ ¿Te vas a dormir? ─ miré a Julián esperando su respuesta, él negó con la cabeza y yo asenti.

✓ HECHIZAME, enzo fernandezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora