II
Horas...Ya han pasado más de tres horas desde que introdujeron á Nick a emergencias, tres horas que pasaron tan lento que pareciera que cada segundo le pesara una vida al reloj en contabilizar–que irónico, yo hablando de vida tomando en cuenta que mi hermana la esta perdiendo, en fin la hipocresía– nadie, y cuando me refiero a nadie, es absolutamente nadie en estas tres malditas y tortuosas horas ha podido decirme algo sobre el estado de Nick, les ha bastado con decir que…
–Sigue en cirugía– me dijo la última enfermera a la que le pregunte –pero le prometo que está en las mejores, suaves, y más experimentadas manos de todo el hospital, señor– lo dijo con un tono bastante significativo, como para referirse a un “simple” doctor
La verdad es que esa última afirmación logro sacarme de mis pensamientos por un momento, no pude evitar verle el gran e inmenso doble sentido que tiene esa última frase, tengo el presentimiento de que entre esa enfermera y ese doctor hay mucho más que una simple relación laboral. Él, probablemente este casado, y ella, probablemente sea su amante; pero… me importan muy poco sus problemas amorosos o maritales –bueno, tal vez si me interese un poquititito saber la historia completa, pero no es el momento– tengo cosas más importantes en las que pensar.
Me encuentro sentado en una de las sillas de espera que está más cerca de la sala de emergencias, sostengo mí cara entre las manos con los codos apoyados en las rodillas repiqueteando constantemente la punta del pie contra el suelo.
Cambio de posición compulsivamente cada seis minutos, a veces me frotó el pelo con las manos denotando mi irritación y desesperación, otras veces me levanto de mi lugar y camino de un lado a otro con las manos en la cintura, y algunas otras veces me quedo mirando a la nada mientras me ahogo en mis pensamientos repetitivos y las miles de preguntas sin respuesta –confirmado, a mí cabeza le encanta torturarme– así durante estas tres eternas horas y contando.Me está empezando a doler mucho la cabeza, siento una pequeña punzada en la sien que recorre un camino molesto hasta mi ojo derecho provocando que también me duela un poco la vista.
Llevo así ya un buen rato, de repente me llega a la mente un pequeño recuerdo similar, de hace ya un tiempo atrás. En el cual me llevaba doliendo la cabeza todo el día debido al estrés provocado por ponerme a pensar en cosas que ahora mismo no voy a mencionar –más adelante chismorreamos sobre el asunto no se preocupen– cuando Nick se enteró de mi estado me obligo a tomarme una de pastilla para la migraña, se puso neurótica y me dio el regaño de mi vida por no haberla tomado antes; supongo que si me viera así ahora me obligaría a tomarla y me volvería a regañar por no hacerlo. Por un momento me imagino una vida sin ella ¿Quién me regañaría por no hacer las cosas? ¿Quién me irritaría con sus chistes malos y sus argumentos carentes de algún sentido? ¿Quién me sacaría de casa en contra de mi voluntad para caminar y conocer personas?...
Esas cosas que tanto me sacaban de quicio me gustaban en silencio, y el hecho de que ella no estuviera aquí para hacerlas en este preciso momento y fastidiar, me hacían sentir solo.
Hasta aquí. No puedo seguir permitiendo que esos pensamientos me hundan, el estar en este estado tan lastimero me esta desesperando, va a terminar provocándome una jaqueca y estar así no va a ayudar en nada a la situación; necesito distraerme con algo urgentemente o voy calvo de tanto que me froto el pelo.
La mejor opción –y básicamente la única– es recorrer todo el lugar con la mirada; o bueno, por lo menos ver lo que pueda desde mi posición. Es un simple y ordinario hospital sin mucho que detallar, paredes blancas y lisas, algunas con tonalidades azul o verde claro –bastante agradable para la vista en mi opinión– pisos de mármol pulido, tan limpio que podría ver mi reflejo en el fácilmente, sillas relativamente cómodas en las cuales podrías durar horas sentado sin ningún problema pero intentar dormir en ellas es todo un reto de incomodidad –me confieso, ya lo intente, y no funciono– son de color negro sin mucho acolchonado. Varias de las paredes tienen cuadros pequeños o mapas del hospital junto con los horarios de visita. Un poco más allá se puede ver la sala de espera con sillones mucho más cómodos y mullidos –en esos sí que se podría dormir a gusto– y una pequeña recepción, con algunas enfermeras en el mostrador.
Todo muy normal y fuera de lo extraordinario, hasta que la vuelvo a ver a ellá; la chica, la misma chica del otro lado de la acera y la misma que estuvo a un costado de la ambulancia. Conserva el mismo aspecto sombrío y oscuro como en las otras ocasiones, esta recostada en la pared al otro lado del pasillo cerca de la sala de espera, observándome; está ahí de pie sin ser notada por nadie, como si no existiera.
No sé cómo explicar el sentimiento que me recorre cuando la veo, es atrayente, tan dulce y agradable como la miel a pesar de tener ese aspecto, puesto que su aura emana algo muy distinto: paz, calma, serenidad, tranquilidad. De pronto una persona obstruye mi campo de visión y la pierdo de vista.
–¿Nicolás Weber?– me dice un hombre alto casi de mi altura,con un aspecto cansado, ese de no haber dormido lo suficiente durante los últimos días, pelo castaño algo canoso y un rostro de rasgos bastante definidos, que de no ser por las arrugas que tiene en la frente y pómulos cualquiera creería que tiene menos de treinta. Lleva puesta una bata blanca de hospital, y a juzgar por la pequeña plaquita que tiene en el pecho del lado izquierdo que dice “Dr. Robers” supongo que lo es.
–Sí– respondo inmediatamente luego de salir de mi pequeño transe provocado por la chica –soy yo, ¿Qué sucede?
–Es su hermana– se me eriza la piel por la anticipación –acaba de salir de la cirugía Sr. Weber– compartimos unos segundos de silencio
–¿Y…?– por el tono de voz que utilizo para decirlo, sé que tiene algo más que decir y presiento que no me va a gustar lo que dirá
–Está en coma
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Nota de Autor:
Holi ¿Qué tal?...
Un saludo muy cordial para ti querido lector, y de nuevo gracias por seguir aquí.
Quiero agregar que por ahora los capítulos son un poquito cortitos puesto que la historia apenas esta comenzando y hay que darle tiempo, solo te pido que tengas paciencia y estés abierto a cualquier cosa, estoy segura de que te encantará.
PD: Recuerda que actualizo todos los domingos :)
Puedes encontrarme en todas mis redes sociales como @thamairicontreras
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Death
Teen FictionNo es un historia de amor convencional. No danzaran bajo la lluvia, ni se besan esperando un feliz para siempre por venir... Uno de ellos no pertenece a este plano terrenal y el otro probablemente se pierda entre las horas y días nublados... ...