Me levanté de un salto al escuchar fuertes golpes en mi puerta.
— ¡Ya voy, espera! — salté de la cama.
En cuestión de minutos me había lavado la cara y vestido.
Al abrir la puerta me encontré con una rubia tetona, en su característico uniforme rosa.
— Anda, Mimi. — la saludé.
— Vamos, hay que preparar las cosas. — dijo y me agarró de la muñeca.
Alcé las cejas, sorprendida ¿Miu siendo productiva? Wow, o sea, prácticamente me había sacado de allí arrastras.
— ¡Pero Miu! No ha salido ni el sol. — protesté, frotándome los ojos con mi mano libre.
— ¡Deja de quejarte, estrella del porno! Encima que lo hago por tí. — dijo pegándome otro tirón del brazo.
De un momento a otro mi cerebro volvió a funcionar, y me acordé de algo, había pasado la mayor parte de mi tarde con Kokichi así que no pude ver el resultado final de los decorados.
— Ostia, es verdad ¿Al final quedó bien? El decorado del escenario digo. — le pregunté de camino.
— ¡Obviamente quedó bien! No ves que yo estaba ahí. — se apartó el pelo hacia atrás con su otra mano. — Si no te hubieras ido lo hubieras comprobado por ti misma.
— Ya te dije que lo sentía.
— No me sirve.
Sin darme cuenta habíamos caminado hasta mi sala definitiva.
— ¿Qué hacemos aquí? — me froté los ojos con ambas manos ahora.
— ¿Eres tonta o tienes una calabaza por cerebro? Tú misma dijiste que querías vestuarios acorde. — respondió.
— Ah, sí, es verdad. — corroboré avergonzada.
Pasamos alrededor de unos quince minutos acomodándonos todas las piezas de nuestro vestuario.
Aunque algunas personas necesitaban más ayuda que otras.
— ¡Miu por favor, ponte recta! — le pedí colocando mi mano en su espalda.
— ¡Tsk! Joder.
Lucía un largo vestido blanco, de escote cuadrado y mangas largas y anchas. Era algo ajustado de cintura para arriba y no más largo de los tobillos. Además de tener distintos detalles que lo hacían lucir más de época.
— No me gusta nada ¡No tiene prácticamente escote! — protestó, tocándose las mamelungas.
— Es que en el siglo XIV no se llevaba eso de enseñar mucha piel, ya sabes, cosas medievales. — rodé los ojos y luego volví a sonreír. — Pero te queda divino.
— Ya lo sé, pero es incómodo, tapa demasiado, parece que voy a tomar la jodida comunión. — comenzó a rascarse el torso por encima del vestido. — ¿Qué mierda de tela es esta y por qué pica tanto?
— Es de calidad, lo que debe de picar son los encajes o etiquetas, pero tranquila, en un rato te acostumbraras. — le di unas palmaditas en el hombro.
— Claro, para ti es muy fácil decirlo porque llevas un puto traje.
Efectivamente, yo llevaba un traje de camisa blanca, chaleco y pantalones azul marino, y unos mocasines. Cada una de las prendas con sus bordados y toques de época.
— No entiendo cómo siendo eso ropa de tío viejo te ves más sexy que yo. — se cruzó de brazos.
— Eso es mentira, tú pareces una princesa. — apoyé mis manos sobre sus hombros, mirando su reflejo en el espejo.
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Confidence (Danganronpa V3)
Fanfiction-Actriz definitiva, (T/n) Maizono. -leyó. -¿Es su archivo? Déjame ver. -el otro chico se le acercó abruptamente. -Espera un momento.-le frenó. -Tiene muchas más páginas que el resto, le echaría unas venticinco. -Entonces déjame leerlo a mí, tú mient...