Coherencia.

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Narra ____.

Pensé que la ausencia de las personas no volvería a afectarme con el pasar del tiempo.

Pensé mal, muy mal.

Hace un mes que no sé nada de Shota, después de mandarle dos mensajes y ser ignorada por completo entendí que no debía insistir más.

Entiendo, yo siempre entiendo.

Cuando la respuesta tampoco llega, el mensaje está más que claro.

Pero... ¿Por qué me duele tanto? No tiene sentido.

No me gusta sentirme así, siento que podría explotar en cualquier momento.

Estoy cansada de una incertidumbre constante, no entiendo porqué me permito seguir otro día.

• • •

- Buenas tardes bella durmiente, hora de comer algo~

- Déjame en paz - Dije mientras ocultaba mi rostro con una almohada - no tengo hambre.

- Nunca tienes hambre pero igual tienes que comer maldita - Dijo el rubio mientras estiraba mis pies - salgamos a comer~

Suspiré pesadamente y me levanté de la cama. Agarre mis pastillas y fui a la cocina.

1, 2, listo. Ya puedo iniciar mi día.

- ¿Qué hora es? - Pregunté mientras rascaba mi cabeza.

- La hora de que te bañes para salir a cenar conmigo - Respondió divertido mientras se tiraba al sofá - te espero o... ¿quieres que te acompañe? - Sonrió coqueto.

- Aham chistoso~ - Dije mientras iba a mi habitación.

Eran las ocho de la noche, no había patrullando en todo el día.

Seguramente me descontarán pero me da igual, al gobierno no le interesa si dejo de trabajar diariamente mientras acepte las misiones más complicadas.

Solo soy un arma de carne y hueso.

Me duché rápidamente con agua tibia. Me puse un vestido negro de mangas largas, era muy cómodo porque no era ajustado al cuerpo.

Até mi cabello en una coleta, me puse perfume, un poco de rimel en las pestañas y ya. Más que suficiente.

No tengo ganas de vivir, mucho menos de arreglarme tanto.

- Ya estoy lista - Dije mientras guardaba mi celular en un bolso pequeño.

- Divina - Dijo sonriendo - pero ponte algo en los pies, tonta.

- Ups

Agarré mis botas negras y ahora sí estaba completa.

- Lista~ - Dije desinteresada.

Sin previo aviso Keigo me levantó con sus brazos y salió volando por mi balcón.

- ¡Estás demente rubia! - Me quejé - Avisa si harás estás cosas que se me puede ver la ropa interior - Dije levemente sonrojada.

- No lo tome en cuenta, es mucho privilegio para los simples mortales - Dijo divertido.

Llegamos a un restaurante Italiano. Se veía bonito el lugar, bastante acogedor.

- Cenaremos pasta, pide lo que quieras - Dijo el rubio.

Tomó mi mano e ingresamos al lugar. Nos ubicamos en las últimas mesas, alejados de todo.

- Bien... Yo ya tengo en mente que pedir - Dijo Keigo mientras leía el menú - ¿Quieres que te recomiende algo? Tienes que probar la lasaña~

• • •

22:22 PM

- Creí que solamente sería una cena tranquila - Suspiré - Pero veo que es mucho pedir.

- Que decirte... La vida de los héroes - Dijo mientras ataba de manos al villano - llamaré a la policía.

Nuestra cena había sido interrumpida por un villano problemático.
Su quirk hacia que las personas se vuelvan sus marionetas. Había controlado a algunos héroes de la zona por eso tuvimos que intervenir rápidamente.

Prendí un cigarrillo mientras observaba al villano, estaba inconsciente. Me pregunto cuál habrá sido su motivación para utilizar su quirk de esa manera.

- ¿Ya está todo controlado?

Giré rápidamente al escuchar esa voz.

Él.

De nuevo apareciendo como si nada.

Como si todos estos días de su ausencia no significaran nada para él.

- Aham... ahí lo ves - Dije antes de darle una calada al cigarro.

- Que bueno ¿La polic-

- Sí, ya están en camino - Interrumpió Keigo - los demás héroes se encargarán de dar el parte policial.

- Oh bien - Dijo desinteresado.

- ¿Nos vamos? - Dije mirando a Keigo.

Asintió y dimos media vuelta para irnos.

Sentí una mano agarrar mi muñeca. Giré y miré fríamente al pelinegro.

- Suéltame - Ordené.

- ¿Podemos hablar en privado? - Preguntó por lo bajo.

- ¿Solo hablaremos cuando se te antoje? No lo creo, no estoy para esos juegos Aizawa - Dije mirándolo despectivamente.

- Quiero explicar-

- Si tanto querías hablarme entonces lo hubieras hecho antes y no ahora mismo en esta situación - Lo interrumpo - Ten poco de coherencia en tus actos antes de pedirme algo.

Giré nuevamente y agarré la mano de Keigo. Me dolía el pecho y sentía que me estaban ahorcando con una soga caliente.

Odio esto.

No soporto sentirme de esta manera. Tan malditamente sensible.

Menos por una persona.

Mucho menos por él.

Llegamos a mi departamento y entro corriendo a mi habitación. Me quito las botas y me escondo bajo mis sábanas.

Odiaba sentirme tan débil de un momento a otro.

- ¿Quieres hablar?

- No.

- ¿Quieres que me quedé?

- Haz lo que quieras.

- Está bien.

Keigo se acostó a mi lado. Mientras yo estaba en posición fetal tratando de evitar que mis emociones se desbordaran.

Acerqué una pastilla de clonazepam a mis manos y lo tragué de una. Ya era lo suficientemente tarde porque mis lágrimas comenzaron a salir.

Keigo comenzó a acariciar mi cabello. Lo único que se escuchaba en la habitación eran mis sollozos.

Solo quiero desaparecer por un momento.

Frágil (Aizawa Shota y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora