Advertencias: sexo protegido, hacer el amor, anhelo mutuo, esto es muy suave, me siento bien, oral (m. recepción).
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Venir.
Hay algo increíblemente promiscuo en esas dos palabras cuando aparecen en la pantalla de un teléfono. Las implicaciones: ¿cuál es el significado?
Tiras tu teléfono perezosamente sobre las almohadas de tu cama, con el corazón acelerado mientras esperas una respuesta. No es que el rechazo sea probable, más bien que, independientemente de cuán ansiosos puedan estar ambos, todavía es una posibilidad.
Invitar a Lee Heeseung a tu casa, cuando nunca ha estado antes, ni siquiera ha visto más allá del color de tu puerta de entrada o gran parte de tu habitación más allá de la cabecera cuando te enfrentas a la noche, es nada menos que estresante.
Y como la simple respuesta de "Dame 15 y estaré allí", ilumina la pantalla de tu teléfono, el pánico no disminuye.
De hecho, solo empeora mientras te mira con el mismo brillo suave en sus ojos, esperando que lo invites a entrar mientras se para en el felpudo de la puerta.
¿Cómo se hace de esta manera? ¿Aún necesitas trámites? ¿Una taza de té y galletas tal vez? ¿Sentarse en el sofá por un rato y discutir cosas como que las personas de mediana edad se reúnan después de un largo tiempo de separación?
Te conformas con esas opciones, y por una buena razón.
“Adelante”, sonríes, distrayéndote del aluvión de pensamientos de que la certeza arruinaría esto si el hombre que tienes delante pudiera escucharlos, “Es la habitación de la derecha, todo el pasillo. ¿Necesitas un trago o algo?”
Dios , corta las formalidades. Conoces a este chico, muy bien familiarizado con tus maravillosas citas y noches en el café local, y no olvides las citas arregladas que tuviste, el intercambio de regalos juntos y el aparente cariño que ambos albergan el uno por el otro, pero están demasiado asustados para compartir.
“No, estaré bien”, Heeseung simplemente te sonríe mientras deja sus zapatos junto a la puerta principal y se va a la habitación.
¿Demasiado abrupto? No hay tiempo para pensar en eso ahora.
Para ser honesto, querías aguantar el mayor tiempo posible, querías ver cuánto tiempo podías aguantar mirando esos grandes ojos marrones suyos antes de que la cadena de tensión se rompiera. Y para ser honesto, lo estabas haciendo bastante bien.
Pero el afán de conocerlo más que a través de las palabras, también con el contacto físico, básicamente te estaba matando.
Y encontrar a Heeseung ya buscando en la interminable mierda de programas en Netflix mientras estaba acostado cómodamente en tu cama cuando entraste a tu habitación fue algo entrañable.
