HP.4.2 Cartas para Gun - Libro #3
Off escribió diez cartas anhelando una contestación y con gran tristeza en el corazón tuvo que resignarse y escribir la palabra adiós, porque Gun, no le respondió.
Tiempo después vuelven a encontrarse para enmendar...
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"Esto no puede ser..."
Me digo a mí mismo mientras salgo del taxi y enfrento de una vez por todas, la situación.
Por mi mente corren miles de posibles explicaciones para lo que estoy viendo. Es él, es Joss. El mismo que besó a Lynn haciendo que mi corazón se rompiera en mil pedazos. El mismo Joss que abrazaba a Gun el día que nos separamos. Es Joss, el culpable de todas mis lágrimas. Es él, no me cabe ninguna duda, pero ¿por qué esta con Gun? ¿Por qué lo besa tan afectuosamente? ¿Por qué lo abraza? Y lo más importante ¿por qué están juntos en la misma casa y ese niño lo llama papi?
No puedo seguir soportando que pasen estas cosas, Gun me permitió venir a verlo. Me dejó creer que podría recuperar su amor y quizá, porque no, estar juntos de una vez por todas. Pero sin embargo solo me encuentro envuelto en un sinnúmero de dudas y secretos. Siento miedo e incomodidad por lo que acabo de presenciar. Quiero saber que está sucediendo, pero temo tanto encontrarme con una respuesta que no quiero escuchar.
Estoy tentado a simplemente dar la vuelta y salir de este lugar, pero Gun me ha visto. Lo veo apretar el botón en su llavero y la reja se abre lentamente. Sigo parado, mirándolo fijamente, ahí, frente a mí. Él tampoco se ha movido desde que dijo mi nombre y eso me molesta mucho ¿Qué debo hacer? ¿Acaso olvidar que esto pasó y simplemente regresar por el mismo camino que me trajo hasta aquí? ¿Debo tomar mi maleta y abordar un avión de regreso a mi soledad, a una vida sin él?
Me respondo a mí mismo que ¡No!
No puedo simplemente irme sin aclarar las cosas. Debo hablar con Gun.
El corazón me dio un vuelco, di el primer paso y luego otro más. "Lo mejor para aferrarse en la vida, es a los demás —pienso— y por eso esta vez voy a aferrarme a Gun, sin importar nada más".
Empiezo a avanzar y simplemente ya no puedo parar. Esta vez una fuerza dentro de mí está guiando mis acciones, pero Joss está parado ahí —justo al lado de Gun— y por un instante olvido lo que apenas un minuto atrás había pensado.
La ira me invade. Cada parte de mi cuerpo está tensa y no sé en qué momento mis manos formaron un puño y está tan apretado que siento como las uñas se me clavan en la piel. Mi cabeza estallará en cualquier momento y mi rabia hará explotar mi corazón si no hago algo ahora mismo. Pero ¡¿qué puedo hacer?! ¿Acaso golpear a Joss?
«Las palabras empezaron a salir de mi boca sin que pudiera detenerme a pensarlas siquiera. Le grité a Joss y también a Gun. No pude permanecer más tiempo ahí, viéndolos y sintiendo como me convertía en el hombre más imbécil del planeta. Si todo iba a terminar así, ya no podía callar. Al final solo me quedaba decir adiós.»
Pero en la vida, no todo resulta ser como lo esperamos, a veces, cuando más convencido estás de que las cosas existen para ser destinadas a ir en una sola dirección, te sorprenden enormemente girando hacia otro lado, en el último momento, el menos esperado.
