Capítulo 15

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No podía creer lo que estaba a punto de pasar.

Mierda, como llegué aquí.

Paré de caminar de un lado a otro en mi habitación, me pasé las manos por el cabello por cuarta vez desde que salí de la ducha. Me alisé la sudadera color lila que me había puesto.

Iba a tener mi primera cita.

Joder.

Lo más insólito es que era de mentira.

Les explico un poco. Después de contarme lo que tenía en mente, Raina había salido aproximadamente a las siete de la mañana de mi habitación por el mismo lugar por el que entró: la ventana, milagrosamente escaló por la ventana hasta el piso sin matarse en el intento, como si lo hubiera hecho un montón de veces, luego simplemente me lanzo un beso antes de irse. El plan de Raina se basaba en que nos convirtiéramos en pareja. Si, ese era su plan ¿Con qué fin? Para que así mis padres no vieran sospechoso que se la pase todo el tiempo conmigo o que la traiga a casa seguido. Eso era simplemente para no levantar sospechas, y así poder encontrar una manera de entrar al despacho de papá cuando estuviéramos solos, y cabe destacar que ella todavía no me había dicho cómo rayos lo iba a hacer. Pero al preguntarle, lo único que recibí como respuesta fue un escueto: Todo a su paso, Kay.

Así que aquí me encontraba, viernes por la noche, lleno de nervios a punto de tener mi primera cita, ya que en mi aburrida vida he salido con una chica, temiéndole más a las preguntas que me va a largar mamá cuando baje de mi habitación para esperar a Raina que a la misma cita fingida.

Ayuda.

Me sobresalté cuando escuché el timbre de casa resonar. Literalmente salí corriendo de mi habitación, me enredé con los pies cuando ya pisaba el último escalón, pero logré mantener el equilibrio sujetándome de la pared, pero había sido demasiado tarde, mi medre ya estaba en la entrada recibiendo a Raina son una enorme sonrisa y más parlanchina que nunca.

¿Cómo es posible que esa mujer tan pequeña sea tan rápida?

-Mi hermano va a tener una citaaaaaaa.

Di otro salto todavía estando en el último escalón de la escalera.

- ¿En qué momento llegaste tú? -espeté en dirección a la fastidiosa voz de Chis.

La cabeza de Chis se asomó desde la entrada de la sala y me dio una sonrisa maliciosa.

-Los chismes corren rápido en Deckerville, amigo.

Le dirigí una mirada inquisitiva a mi madre.

Ella sólo se encogió de hombros y me dio una sonrisa dulce.

-Ups-soltó sin más.

Traidora.

Sacudí las manos con exasperación y me precipité hacia la entrada.

Le solté un simple "Adiós" a mamá y cerré la puerta fuertemente.

Suspiré y entonces por fin me fijé en la chica a mi lado.

Guau.

Llevaba una camisa blanca de mangas largas de satín abotonada hasta el cuello, donde decoraba a modo de pajarilla un listón rojo, una falda de cuadros roja, medias para el frio de color negro que cubrían sus esculturales piernas, y botas de tacón. En los hombros llevaba una chaqueta de punto negra a medio poner. El cabello platinado tan liso y brilloso como siempre lo llevaba, y tenía tan solo un poco de maquillaje, pero se veía...

Le di unos repasos más con la mirada, tal vez muy descarados, pero a ella no pareció importarle mucho. Por un omento me sentí muy anticuado con mi sudadera, mis jeans rojos en la rodilla y mis conversé sucias.

In Wald... Todos mientenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora