Capítulo 12

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El cazador se volvió la presa.

Sus palabras resonaban en mi cabeza una y otra vez.

La miré expectante.

- "Ese hombre consiguió la forma de darle en el lugar donde más le dolía al cazador, le arrebató lo más preciado que tenía: Sus hijas. Un día en el que ambas gemelas salían de la escuela, fueron secuestradas por sus hombres. Cuando el cazador se enteró de esto, supo quién había sido la persona que tenía a sus hijas, y se volvió loco tratando de buscarlas, dio todo lo posible para conseguirlas. Mientras tanto, ambas niñas fueron encerradas en un pequeño cuarto sin contacto a nada, solo cuatro paredes en un mugroso cuartucho, sometidas a un suministro constante de droga, para mantenerlas inconscientes y vulnerables, las lastimaron y les negaron el alimento, al cabo de una semana, estaban completamente débiles. La gemela que tenía la condición en el corazón se debilitó mucho más que la otra, hasta que un día, mientras su hermana la sostenía en sus brazos, la vio morir, vio como la vida se escapaba de sus ojos.

A estas alturas Raina hablaba con la vista en algún lugar perdido tras de mí.

Mi pecho se apretó ¿Qué tipo de animal sería capaz de hacerle eso a un par de niñas?

- "La otra niña con vida tuvo que ver como el cuerpo de su hermana permaneció en una esquina de la habitación. Porque no tuvieron ni la decencia de extraer el cadáver de su hermanita de la encerrada habitación. Al cabo de otra semana, el cuerpo ya estaba descompuesto-su voz decayó con lo último, antes de tomar aire y seguir- En otra parte, el padre de ambas gemelas estaba llegando al punto de la locura por conseguir a sus hijas, dos semanas habían pasado y ni un rastro de donde posiblemente pudieran tener a ambas niñas. Hasta que una noche, luego de que su esposa se hubiera alterado a tal punto de caer inconsciente, tocaron a la puerta de su casa. Y lo que consiguió fue a una de sus hijas debilitada, lastimada y con la mirada perdida, junto con una pequeña caja envuelta en papel de regalo. Dentro de la caja había nada más y nada menos que uno de los ojos azules de la otra de sus hijas, junto con un trozo de papel ensangrentado que decía "La venganza fue cumplida".

Su voz se apagó completamente, hasta que sus ojos inexpresivos cayeron en la alfombra en el suelo.

-Vi a mi hermana gemela morir ante mis ojos, y no pude hacer nada por ella-susurró fríamente.

Me sentía aturdido por tanta información. Me llevé la mano a la boca y miré la foto que sostenía en mis dedos temblorosos.

-Pude recuperarme después de eso. Pero lo hice con un objetivo: Vengar el nombre de mi hermana con mis propias manos.

Se levantó de nuevo de la silla y caminó un poco tensa hasta la puerta del armario, tomó la perilla y la abrió de un solo tirón, dejando que se viera la cara de la parte de adentro del armario. Un montón de fotos, recortes de periódico y escritos estaban pegadas a la puerta.

-Dediqué todo mi tiempo a seguir el rastro del maldito que se atrevió a meterse con mi familia. Efectivamente como indica todo, es el cabecilla de esta cadena de tráfico de niños. Su modo operandi es desaparecer a menores, y si es necesario también a sus padres, a lo largo de casi diez años hay más de cien casos sin resolver, a los que le has tirado automáticamente a este imbécil. Suele concentrarse en áreas apartadas y que sean difíciles de localizar. Eso fue lo que me trajo aquí: Deckerville. El registro de muertes alrededor del pueblo es insignificante considerando otros, pero siendo un pueblo pequeño es extraño, y todavía no he podido descubrir el porqué de ellas.

Me quedé analizando un momento, hasta que recordé algo.

- ¿Entonces no han sido ustedes los responsables de los asesinatos? -mi voz sonó gruesa, por lo que carraspeé un poco.

In Wald... Todos mientenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora