TRAITOR [MEVIE] Historia Corta

SEIS

El día siguiente, ¿O los meses?

—¿¡Tendrás hijos con la perra de Evie?!— Gritó Mal, en medio de una reunión familiar.

Hadie negó, golpeando su cabeza con su mano, para luego mirar al rey, quien le rogaba tanto a él rubio como a Hades que no dijeran nada, sin embargo el menor suspiró.

—¿Recuerdas algo del casamiento doble?.

—No, eso fue hace cuatro meses, y me dijeron que estaba ebria.

—Bueno, resumidamente te besaste con Evie.— Explicó, y miró a Ben, —Este estupido las vio, se enojó con Evie, y nos siguió hasta su casa, yo entré con los niños y el l-la violó.

Mal miró a su esposo, con bronca y angustia, realmente era una Bestia.

—¿¡Hiciste que?!.

—Lo siento, estaba ebrio y quería proteger a mi mujer.

—Uno, estar ebrio no te da derecho a violarla, dos, yo no soy mujer de nadie, mucho menos de una Bestia, Evie e...ra mi mejor amiga, hizo millones de cosas por mi, e incluso era capaz de quedarse en la isla si yo llegaba a hacerlo, no como tu que intentaste obligarme a venir, ¿¡Cuando demonios pensabas decirme que tendrías dos hijos?!.

"That's my girl" Susurró Hades.

—¡Nunca porque no iba  a hacerme cargo! Yo solo quiero hijos nuestros.

—¿Se supone que eso es romántico? ¡Violaste a una mujer!— Gritó Mal, —Benjamin, esto terminó acá, no quiero verte nunca más en mi vida, y te juro por mi padre que le tocas un pelo más a Evie o a su familia y lo próximo que cenare será bestia a la parrilla.

Ben suspiró, le dio un empujón a Hadie y se fue.

—Esta viviendo en este castillo.— Le dijo Hadie mostrándole una foto.

[...]

—¿Que haces aquí?— Preguntó Emma, Mal la miró.

—¿Evie?.

—Arriba.

Mal ingresó, tragó en seco, y camino hasta la habitación, sus ojos se llenaron de lagrimas Evie estaba acostada cual nena chiquita con sus ojos llenos de lágrimas y sus manos que temblaban.

—Lo siento.— Susurró, Evie la miró.

—No es culpa tuya que tu marido sea un, Bestia.

—Sí, pero si no te hubiera besado nada de esto hubiera pasado.

—No me molesto el beso.— Aclaró, Mal se sentó junto a ella.

—¿E?.

—¿Sí?.

—¿Te gusto?.

Evie la besó sin pensarlo dos veces, Mal continuó el beso dejándose llevar, sabía perfectamente que se estaba metiendo en una familia, y que aún así eso le encantaba.

—No te perdone aún, berta.

—¿Puedo hacerme cargo?.

—Sí, pero odias los niños.

—No estos.