"Con uñas y garras me aferraré a ti si es que tu cariño me das.
Si me das tu corazón lo consumiré hasta
que no quede más de este."El calor invadió las mejillas del azabache, una loca idea llegó a su mente y no desperdiciaría la oportunidad para llevarla a cabo.
Al fin había abierto los ojos y aclarado todas sus dudas, el presidente de curso era su enemigo y los enemigos deben exterminarce.
Caminó lleno de ira hasta llegar a la enfermería, sin embargo, la encontró completamente cerrada y aunque no pudiera entrar sabía que ahí no había nadie.
El enfrentamiento fue cancelado pero no desperdiciaría el momento para dar su primera y última advertencia al intruso y a quien sea que se metiera con lo suyo.
Porque Mikoto era suyo.
La primera ventana fue rota, luego la segunda y así cada una de ellas. A Minato le importó poco el dolor o la sangre que recorría su mano derecha, él no paró hasta ver cada uno de las
ventanas destrozadas y los vidrios salpicados de su propia sangre.Y tras terminar con su obra no hizo más que sonreír complacido, está no solo era una advertencia para el consejo de estudiantes si no para todo el colegio.
"Con uñas y dientes,
con mi sangre y con la tuya.
Dame tu corazón y no lo dejaré ir. Nunca."