Celo de loba

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Advertencia, capítulo +18.

La noche era fría, la tenue luz de la Luna era la que iluminaba Nevermore. Sin embargo, Enid Sinclair no se sentía exactamente con frío esa noche.

No creía que su celo empezaría justo ese día, estaba consiente que se presentaría cuando cumpliera la mayoría de edad pero no justo en su cumpleaños número 18.

Ahora mismo se encontraba en su habitación que compartía con su novia, Merlina Addams. La cual le había dicho que tenía una sorpresa para ella, había pensado en posponerla para otro dia debido a su situación, pero no tenía el corazón para pedírselo.

Su cuerpo se sentía acalorado, aunque aún era soportable, pero sabía que no seguiría así por mucho tiempo.

—¿Enid? —Llamó Merlina entrando a la habitación.

Enid se sobresalto un poco pero trato de formar una sonrisa.

—Lo siento no te escuche llegar—Dijo abrazando a su novia, quien la recibió con los brazos abiertos. Su olor a chocolate amargo siempre lograba tranquilizarla.

—¿Estas lista? —Preguntó la pelinegra y la rubia se apartó un poco, Merlina era su novia pero no dejaría que la abrazara por más de diez segundos.

—Claro, ¿adonde vamos? —

—Sorpresa. —Contestó con una pequeña sonrisa.

La rubia soltó una risita para seguidamente tomar la mano de Merlina y dejarse guiar por ella hacia la terraza de Nevermore.

—Ops casi se me olvidaba. —Dijo la gótica soltando la mano de Enid para sacar un pañuelo de su bolsillo. —Toma, Ponte esto, confía en mí. —Enid sin titubear tomó el pañuelo y lo amarró con suavidad a su cabeza, cubriendo su vista por completo.

—Listo. —Aviso, Merlina tomó nuevamente su mano para poder caminar los pocos metros que faltaban.

—Ya llegamos, espera un poco aquí. —Anunció la pelinegra y Enid escucho como su novia se alejaba un poco.

En pocos minutos sintió como una suave calidez la envolvía y el frío de la noche se desvanecía, no podía distinguir si era por el calor de su celo o por otra cosa.

—Ya puedes quitartelo. —No lo pensó dos veces para quitarse el pañuelo y quedar atónita con el detalle que tenía frente a ella.

Había velas decorando cada esquina de la terraza, flores negras y algunas de colores alborotadas por todo el lugar, una manta en el medio junto con una canasta y una botella de vino. Algo simple pero hermoso.

La vista a la Luna era el toque especial.

Su corazón pálpito fuertemente y sus ojos brillaron ante tal escenario.

—Es... —Enid abrió y cerró varias veces la boca sin conseguir sacar palabra alguna de su boca. — Merlina esto... ¡Es precioso! — La licántropo corrió por el lugar como si de un cachorro se tratase.

—Me alegra que te guste... —Murmuro Merlina con una imperceptible sonrisa, la cual borro al ver cómo Enid regresaba a abrazarla. — Digo, sabía que te gustaría.

—Gracias de verdad... Muchas gracias Mer. — Enid depósito un pequeño beso en la nariz de Merlina que las hizo sonrojarse.

Era verdad que llevaban casi un año saliendo, pero aún se mantenían tímidas con respecto a los besos, incluso Enid podía contar con los dedos de sus manos los besos que se habían dado en los labios.

—¿Hiciste todo esto tu sola? —preguntó Enid tomando asiento en la manta, siendo seguida por su novia.

—No realmente, dedos me ayudó con algunos detalles—La pelinegra tomó las dos copas que estaban ahí sirviendo el respectivo vino en cada una. —

Wenclair [ONE-SHOT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora