33. Detras del Telón

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Capítulo 33: Detrás del Telón
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•_Sala Principal del Castillo de Aoi

Aoi: Así que terminaste, espero no te molesten los cambios que le hice a tu armadura, era algo anticuada y con poco estilo

Taiyo: ¿Armadura con estilo?, se supone que la protección va por encima de lo estético, pero bueno, no puedo discutir con el tipo que usa un traje para pelear

Aoi: Jajaja, tienes toda la razón, sería un debate que no ganarías

La sala del castillo de Aoi era mucho más pequeña que la del castillo de Zeta, podría decirse que era del tamaño adecuado para una reunión numerosa

Taiyo: Bueno, dijiste que iríamos a algún lado, ya estoy listo, vámonos

Aoi rió un poco mientras se levantaba de la silla en la que estaba sentado, caminó hasta Taiyo y tomó su hombro

Aoi: Me gusta ese entusiasmo, ven, acompañame aquí

El albino soltó el hombro de Taiyo y caminó hasta llegar a un pasillo al fondo de la sala, desde la perspectiva en la que Taiyo miraba aquel pasillo parecía una pared, solo miro ese fenómeno unos segundos para después seguir a Aoi, el cual, se había adelantado ya un poco. Pasaron por una gran fila de antorchas y algunas cuantas argollas de hierro entre estas.

Aoi: Ya casi llegamos, falta muy poco

Taiyo: Claro...

Siguieron caminando unos cuantos metros y frenaron al quedar frente a una puerta de hierro color negro a la cual Aoi le dió un empujón dejando ver una sala mucho más grande que en la que estaban hace unos minutos.

Taiyo: Esto es enorme, ¿cómo es que en este castillo tan pequeño hay una habitación así de grande?

Aoi: Jajaja, creía que estabas familiarizado con esta magia, te deja ampliar cualquier cosa sin necesidad de usar espacio físico o alguna especie de trabajo de mano de obra

Taiyo: (Es cierto, como las casas de campaña que usábamos)

Justo frente a ambos había una especie de basamento con forma de círculo, parecía un lugar donde se hacían sacrificios o alguna clase de rituales

Taiyo: ¿Qué es lo que hacemos aquí?

Aoi: Aquí es donde preparó mis guantes, voy a tener que tocarte y no quiero que mueras... Aún

Taiyo miró al chico algo desconfiado mientras este tomaba de un gabinete un par de guantes color blanco

Aoi: Listo, ahora, por favor...

Aoi dejó de darle la espalda a Issho para verlo directamente al mismo tiempo que estiraba ambas manos hacia él

Aoi: Dame tus manos

Taiyo: ¿Qué es lo que quieres hacer?

Aoi: Ya lo verás, solo... Se que sonará raro, pero, confía en mí, no quiero hacerte daño

La sonrisa en la cara del General mostraba sinceridad y, sin más que decir, Taiyo sostuvo las manos de Aoi

Taiyo: ¿Ahora que sigue?

Aoi: Si vas a vomitar, por favor hazlo hacia un lugar donde no este yo

Taiyo: ¿De qué...? ¡AAAHH!

Antes de terminar la pregunta todo alrededor de Taiyo comenzó a dar vueltas hasta terminar siendo cosas irreconocibles, después, una niebla negra empezó a cubrir sus ojos y al final todo paró de repente, el sentimiento de náuseas estaba ahí, pero el olor del bosque a su alrededor evitó que el chico vomitara

Breaking a Gold HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora