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Narrador Omnisciente

Las cosas en el hospital habían ido relajadas dentro de lo que cabía en la norma, unos cuantos niños intoxicados, unos cuantos traumas por accidentes automovilísticos y unos cuantos adolescentes envueltos en peleas. Si, definitivamente un día normal para el Grey's Sloan.

Por los pasillos se podía ver a un sinnúmero de doctores corriendo de un lado a otro en busca de trabajo, siendo en la habitación 172B donde se concentraría la emoción.

— Doctora Stevens por favor presente el caso. — El doctor Shephard le pedía a la joven de cabellos rubios mientras miraba un expediente.

— Si, doctor. Daniel Anderson, 21 años de edad, se presentó con fuertes dolores de cabeza y habla desorganizada en momentos. Posible convulsión. Se recomienda tenerle en vigilancia continúa.

— Me alegra que lo sepas, porque tú el día de hoy tendrás esa labor junto a.. — Buscaba en sus notas al médico que fuera capaz de mantener toda su atención al joven. — O'Malley, George O'Malley y tú serán los encargados de cuidar a Daniel.

La sonrisa radiante de la rubia desapareció al escuchar la tarea y al mencionar el nombre no podía pedir otra cosa más que una licencia para poder irse a casa el resto del día.

(...)

Con las horas pasando ambos hicieron un acuerdo no hablado, estarían cada hora uno, solo uno, ya que la tensión que se encontraba si estaban juntos podía cortarse con inclusive un hilo. Con el paso de las guardias y la incertidumbre que nacía en Daniel ante que los doctores ni siquiera se dirigieran la mirada tomo la decisión de intervenir ante un cambio de turno.

— Esto no va a funcionar Doctores. — Ambos se alarmaron al pensar que se referían a su tratamiento o algo relacionado. — El ambiente hostil que tienen no me ayuda a descansar y recuperarme, por favor arreglen las cosas o pediré que alguien más se haga cargo de mi.

Ante la firme palabra de Anderson ambos tuvieron que salir de su habitación, no sin antes dejar a una enfermera al tanto de él.

— No tengo nada que decir, solo pretende que todo está bien. — la rubia hablo dejando al chico de ahora no tan regordetas mejillas debido a la mala alimentación incrédulo.

— Bueno yo si tengo que decir, mucho a decir verdad. — Izzie se puso tensa, creía que la reacción del más bajo sería retroceder como acostumbraba. — Estoy cansado, harto y sobre todo dolido de esto, quien se supone que fue mi mejor amiga me boto de su vida, me hizo sentir inútil y miserable por meses, ¿Tienes idea de lo que es ver cómo a quienes considerabas tu familia se aleja de ti y solo puedes verlos a la distancia mientras sabes perfectamente lo mucho que hablan de ti?, ¿No?, Pues yo si! Llevo siete meses en esta situación, si siete, porque se contar, no soy un idiota como ustedes pensaban así que solamente quiero una disculpa, quiero que me digan que lo lamentan y que regrese porque yo no puedo seguir con esto, yo... Yo quiero volver a estar con ustedes. — No paro de hablar hasta sentir un sabor salado en sus labios, había estado llorando todo este tiempo y ni siquiera se había dado cuenta de ello.


Izzie se sentía como una imbécil, había dejado que todo el odio se apoderada de ella por meses, tratando de manera indiferente hacia su ex-mejor amigo, incluso fue la responsable de haber esparcido los chismes de él por meses entre los pasillos. Definitivamente había caído bajo, ¿Y porqué? Por un amor imposible y jamás correspondido a Alex.

Cegada por todas sus emociones negativas pensó que si mantenía a George fuera del juego podría ser ella quien ocupará la atención de Alex, ahora podía ver lo imbécil que fue. Ya que ni siquiera en esos meses Alex se había acercado a ella más de lo necesario, a decir verdad se sentía inseguro estando cerca de ella.

Stevens tira a la mierda todo el orgullo que crece dentro de ella, dejándolo de largo por solo un momento. Permitiendo se el disculparse con el más bajo y terminando con un abrazo. Para después alejarse por los pasillos. George no sabía hacia donde se dirige pero esperaba que fuera hacia un destino que le ayudará.

Por los pasillos del hospital la rubia buscaba desesperada a cualquiera de sus objetivos, quien fuera primero podría ayudarle así que realmente no le importaba cual fuera, grata fue su sorpresa al ver cómo todos descansaban agotados sobre una camilla alejada de todo mundo, la que fue alguna vez la camilla de los cinco.

— Perfecto, estuve buscando los, necesitamos hablar, urgente. — Sentenció la rubia quien se abría paso entre Meredith y Alex para estar en medio.

— No eres la única, Alex también estaba buscándonos. — Meredith le chismosea mientras espera que el mencionado por fin suelte la información ultra mega importante que tenía.

— Yo primero, realmente esto es algo que quiero decirles.
— Yo gane, espera tu turno.
—¿Porque no lo dicen a la vez y acabamos con esto? — Sentencia Yang mientas mira con fastidio la escena.

Ambos asienten y gritan a la vez:
— Deberíamos volver a hablar con George. — Menciona Izzie velozmente.

— Quiero volver con George. — Grita Alex mucho más alto llamando la atención del trío de féminas.

—¿Qué mierda dijiste? — Yang se altera ante la estupidez que Alex acaba de soltar.

— Quiero volver con él, realmente fue la única persona que logro hacerme feliz y amado, sé que debió pasar algo. No puedo simplemente permitir que esto termine.

— Pero lo hiciste. — Mer le dice tratando de dar la sabiduría que la situación ameritaba.

— Por siete meses... — Interrumpe Izzie al recordar cómo George lloraba al remarcar le la cantidad de tiempo solo.

— Lo se, pero nunca deje de buscar una respuesta y honestamente aún no la tengo. Pero se que el la tiene y quiero oírla, quiero entenderla y sobre todo quiero modificarla para estar con el.

Las tres lo miraban sorprendidas, por este tiempo pensaban que Alex odiaba al más bajo, pero en realidad solamente siguió amándolo en silencio. Sufriendo cada maldito segundo mientras ellas lo juzgaban frente a el.

Bittersweet Love [Galex]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora