epílogo

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pov's nayeon

Comer el almuerzo sola no es tan malo como parece, tengo silencio y... cosas que pensar...

¿A quién engaño? Es horrible. Desde que TaeHyung está 'saliendo' con esa chica está muy ocupado con cosas de no sé que, y aunque él no quiso dejarme sola como ahora, le dije que estaba bien, y que podía ir con ella si es que le gusta. ¿Qué clase de amiga sería al obligarlo a estar conmigo cuando tiene la oportunidad de estar con la chica que le gusta? Claro, una mala amiga.

Pero la soledad no me gusta, y debido a que no tengo muchas amigas estoy así... sola. Seokjin se la pasa llorando por Jihyo, o directamente a veces se encierra en la algún salón sin uso para no ser molestado por nadie mientras escribe mensajes a la chica que le gusta, ¡Los chicos son tan estúpidos!

—Diablos, ¿Por qué todos quieren tener pareja? Los chicos son tan tontos... —murmuré antes de morder mi pan.

—¿Sólo los chicos? —una voz particularmente monótona me hizo levantar la mirada.

Estaba en la cancha de básquet de la escuela, sentada en las escaleras de la tribuna mientras comía mi pobre almuerzo que compre apurada. Y Mina me miraba nerviosa, con una bolsa blanca en su mano.

—¿Qué quieres?

—¿Podemos comer juntas?

Lo pensé, una, dos, y tres veces, ¿Por qué querría comer a mi lado? Ella fue quien me rechazó aquella vez cuando sólo quería hacerle compañía. Debería darle un poco de su misma medicina... pero acepté, puede que por sus pequeños ojos culposos, o por como intenta verse pequeña cuando evidentemente es más grande de cuerpo que yo, y se muestra sumisa, no importa cuál sea la razón para mis estúpidas acciones, dejé que se sentará al lado mío. Con timidez sacaba las cosas de la bolsa de compras.

—Esto es para ti —extendió una lata de té, la cual tome confundida— Sé que te gusta mucho el café, pero no venden café, así que traje té...

Sin poder evitarlo, mi dura expresión se relajó cambiando por una débil sonrisa.

—Gracias. —la abrí y así comenzar a beberlo en silencio.

—¿Sabes? Quería disculparme por lo de la otra vez. —dejé la lata de lado y me concentré en ella, quien desprendía nervios— Fui muy mala contigo y con todos a mi alrededor, no entendía por qué querías ayudarme, aunque lo aprecio. Me di cuenta de que ella sólo... me manipulaba de una extraña manera, lo noté en el momento que creí estar mejor que nunca.

—Está bien. —asentí— Puedo comprender lo que se siente eso.

—¿Te pasó?

—No exactamente con una pareja, sino con una buena amiga que tenía... —suspiré, recordar cuando era sólo una esclava de todos sus pedidos es horrible— Pero ya te dije, no hay problema, todo está bien ahora.

—¿Podemos comenzar de nuevo? —extendió su mano.

—Claro. —la sostuve en un estrechamiento feroz— ¿Amigas?

—Amigas. —asintió.

Puede que allí todo haya sido una señal de que funcionó, y que podía demostrarle a Mina que ella también podía amar, ser amada, y amarse a sí misma, porque el amor es muy bonito para que sólo sea una expresión.

ange blancDonde viven las historias. Descúbrelo ahora