Irregular Roomie (Frerard)

005|Marian

JAJA, HOLA!!!  Es que estoy de vacaciones así que tengo que aprovechar el tiempo para escribir. El día de hoy tengo la fiesta de graduación de una amiga, así que probablemente no actualice mañana, pero sí al día siguiente (o sea domingo). 

La pregunta del capitulo es: ¿Qué estudian o qué quieren estudiar? (si, no se me ocurrió nada perdón). Yo estudio Letras. 

Ah y por si tenían la duda, mi MBTI es ISTP y parece que mi encarama es 8w9. 

Un beso, un abrazo y nos vemos en el capítulo 6!!! 

Ah, síganme en mi nuevo Instagram (scary_iero) porque el que tenía está hackeado y no lo pude recuperar. Me awite bien horrible porque ahí tenía todos mis dibujos y empezar de cero es... caca. Anyways, gracias por el apoyo y por usar la historia como chat jajajaj. Ayos

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Gerard.

Cuando me despierto, las manchas en mis cobijas están, pero Frank Iero no. Su habitación está como la dejó. Aunque nunca realmente se usó como una habitación. Está un poco destendida, no huele a nada. Intento buscar algún desperfecto, alguna nota de amenaza "si le dices a alguien de mi, te mato". Pero no hay nada, ni en la sala, ni en mi baño, ni en la cocina, tampoco en el refrigerador. Dejó toda su carne, sus verduras... todo como estaba en la noche, bueno, madrugada. Busco también dentro de mi un vacío por su partida, pero claro que no hay nada, estúpido naco. Ni lo conozco. Apenas supe su nombre, ni siquiera estoy seguro si tiene mi edad. Aunque su piel se veía muy tersa, quizás por toda la sangre que se le embarraba en la cara.

Capaz hasta les sacaba la sangre para usarla como rejuvenecedor. La Elizabeth Battory lo usaba. O eso vi en tik tok. Pero bueno, se fue, puedo buscar otro roomie, pero honestamente se me quitaron las ganas. Capaz llega otro hijo de puta a matarme en serio. No puedo ni seguir pensándolo cuando recibo una llamada de mi papá.

—Hola, Gerard. ¿Cómo va todo por allá?

—Está increíble vivir solo– de la verga. Y no sabes, conviví con alguien a quien te encantaría arrestar. No sé mucho, no le tomé foto a sus documentos de identidad, pero se llama Frank Anthony Thomas Iero Pricolo Jr., tiene un aspecto de chico bueno y retraído, pero es un sanguinario, además es tan prepotente que seguramente ese sí sea su nombre real. No, si te contara lo que vi y los restos de sangre en mi regadera, me querrías de vuelta en casa encerrado con tres candados, y remachada la puerta negra. — bastante pesado, pero tranquilo.

Sonrío a pesar de que no pueda verme, pero seguro sonrío más para mí mismo que para algo en específico. Abro el refrigerador y me dispongo a cocinar la carne. Honestamente, ¿qué tan complicado puede ser? Se le echa aceite al sartén, una cebolla (me imagino que cortada en rajas) y luego le echo la carne hasta que se ponga café.

—Me alegro que todo vaya de maravilla, ¿y la universidad? ¿Cuándo entras?

—En enero.

—Ya faltan dos semanas, ¿conseguiste empleo?

—Justo a penas haré eso hoy, me mude ayer ¿recuerdas?

—Hah, si. Para mí ya se sienten como muchos días.

Miro la pantalla y lo pongo en altavoz para prepararme café. Como no tiene cafetería este departamento (como en casa), hago lo mismo que siempre he hecho: calentar el agua en la estufa y después prepararlo con cuidado de no quemarme la mano.

—¿Vendrás para Navidad?—me pregunta. ¿Y quedarme ahí pensando en mamá preparando la cena? ¿poniendo villancicos? ¿Sentarme en la misma silla en la que se sentaba ella? O peor aún, ver la silla vacía. Esperando por alguien que nunca llegará porque está metros bajo tierra. Y sé perfectamente que no podrá levantarse y venir.