Hoseok tenía muy poca atención por parte de su esposo, así que en medio de su aburrimiento, termina involucrado íntimamente con otro hombre. Desafortunadamente para él, su aventura es descubierta, así que deberá decidir si continúa su vida con su es...
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La noche anterior, Taehyung también llegó tarde y nuevamente ebrio. No había cumplido su promesa y Hoseok estaba sumamente molesto.
No preparó ninguna cena romántica, porque su intuición lo había martirizado, haciéndole pensar que su esposo llegaría tarde. Por eso esa misma mañana no le dirigió la palabra y a Taehyung no le quedó más que no decir nada, marchándose al trabajo sin poder despedirse de su esposo.
Hoseok sentía su cuerpo hervir de necesidad, necesitaba las caricias de su esposo, ser atendido y explotar su placer. Pero enojado con Taehyung, eso iba a ser imposible.
Se sentía tan sensual, tan caliente, que solo pensó en llenar la tina de la bañera y refrescarse. Pero la tentación pudo más que él: buscó uno de los juguetes que solía usar con su esposo y lo preparó. Un pene de plástico en color fiusha, que pegó al suelo del cuarto de baño.
Desnudo por completo, se sentaba sobre él con movimientos de arriba abajo. Mordía su labio inferior para callar sus gemidos, con el chapoteo del lub deslizándose en el miembro falso.
Estaba frente al ventanal, los rayos del sol matutino iluminaban el interior y Hoseok solo podía pensar en el éxtasis formarse en su vientre bajo.
Salió del consolador y aplicó una exagerada cantidad de lubricante, para continuar montándolo sin preocupaciones. Hasta que fuera de la ventana, comenzó a escuchar voces.
Pensó que se trataba de los empleados, así que siguió enterrándose en el pene falso, hasta que pudo divisar al ingeniero que acompañaba al contratista.
Y es que justo fuera de la ventana del baño, se encontraba el techo de la terraza de la piscina en la planta baja. Ahí estaban Kim Namjoon, Min Yoongi y otro chico, revisando la zona.
—Mierda... Ahora no... —Jadeó en voz baja, sin poder detenerse.
Pero enseguida, sus ojos solo pudieron permanecer viendo a Yoongi: el contratista estaba de pie y de costado, casi frente a la ventana. Llevaba solo una camiseta blanca que dejaba al descubierto parte de sus brazos, presumiendo de sus músculos gracias a su pesado trabajo. Yoongi tenía el cabello suelto, un cabello oscuro y sedoso que le llegaba al cuello. Hoseok lo observó con atención atarlo en media coleta, y entonces un montón de fantasías comenzaron a crearse en su mente.
Con ambas manos se sostuvo del suelo y aumentó la velocidad de sus movimientos. Sus gemidos no pudieron ser más reprimidos, solo podía sentir el placer dentro de sus entrañas y su erección golpeando a un ritmo constante en su vientre bajo.
Yoongi parecía ser tan sexy en todo lo que hacía, en su manera de moverse y de hablar. Hoseok puso atención en como el contratista se colocaba el cinturón de trabajo, con bolsas y herramientas colgando de este, tan varonil que eso provocó que estallaran sus sensaciones. Los chorros de su esperma se dispararon en su estómago, acompañados por un agudo gemido que logró extinguir el fuego que había acumulado en días.
