Por fe en el destino se entiende la fe en que está determinado, de antemano, todo lo que va a suceder. Esta idea la podemos encontrar en todo el mundo, en el momento presente, y a través de toda la historia. En los países nórdicos existe una gran fe en destino, tal como como aparece en las antiguas sagas islandesas.
Tanto entre los griegos como en otras partes del mundo, nos encontramos con la idea de que los seres humanos pueden llegar a conocer el destino a través de diferentes formas de oráculo, lo que significa que el destino de una persona, o de un estado, puede ser interpretado de varios modos.
Todavía hay muchas personas que creen leer las cartas, leer manos o interpretar las estrellas.
Una variente típicamente noruega es la adivinación mediante los posos del café. Al vaciarse la taza de café, suelen quedar algunos posos en el fondo. Esos posos pueden formar un determinado dibujo o imagen__Sobre todo, si aňadimos un poco de imaginación__ .Si los posos tienen la forma de un coche, significa que la persona que haya bebido de la taza quizás vaya a hacer un viaje en coche.
Vemos que el adivino intenta interpretar algo que en realidad no está nada claro. Esto es muy típico de todo arte adivinatorio. Y precisamente porque aquello que se adivina es tan poco claro, no resulta tampoco muy fácil contradecir al adivino.
Cuando miramos el cielo estrellado, vemos un verdadero caos de puntitos brillantes. Y, sin embargo, han creído que las estrellas pueden decirnos algo sobre nuestra vida en la tierra. Incluso hoy en día, hay dirigentes políticos que consultan a un astrólogo antes de tomar una desición importante.