Un día de aquellos llegamos a la conclusión que odiábamos un lugar en específico: El hospital. ¿Por qué? Simplemente notamos que es el lugar donde son más las tragedias que las alegrías. Lo curioso es que comentábamos ello mientras comíamos hamburguesas y tomábamos una gaseosa. Estaba lloviendo y caminábamos despreocupados por las calles de la ciudad. Llegamos a casa, tomamos una ducha caliente y dormimos sin percatarnos de que la ventana estaba abierta. Al día siguiente no teníamos en realidad ningún plan, pero sabíamos a donde debíamos ir para calmar nuestros síntomas.
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100 Microrrelatos para pasar el rato - [COMPLETOS]
RomantikUn conjunto de 100 microrrelatos entre diversos géneros, desde historias cortas, así como pensamientos varios sobre temas ligados al amor, la vida y el futuro. La única regla a seguir: - 100 palabras o menos sin contar el título ni notas de autor. E...