Sentado en un escritorio estaba aquel joven pensando en escribir una carta que quizás nunca iba a entregar. Los tiempos de cuarentena lo atraparon en una cabaña lejos de la ciudad, junto a unos familiares, muy limitados en formas de comunicarse con el exterior. Empezó escribiendo lo siguiente:
"Hola, tal vez cuando esto pase podré entregarte esta carta y finalmente decirte lo que siento, pero por ahora seguiremos encerrados mi corazón y yo en esta cabaña..."
En ese momento fue llamado a comer y dejó la carta. Su destinataria, esa noche y sin querer, soñó con él.
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100 Microrrelatos para pasar el rato - [COMPLETOS]
RomanceUn conjunto de 100 microrrelatos entre diversos géneros, desde historias cortas, así como pensamientos varios sobre temas ligados al amor, la vida y el futuro. La única regla a seguir: - 100 palabras o menos sin contar el título ni notas de autor. E...