Invitame Un Café [Yuri Briar][Spy x Family]

Capitulo 5

---- ¿Mamá?, ¿que estas haciendo?

La mujer de hebras rubias volteo sorprendida al notar la presencia de su hija. Una cara de frustración se presentó en su rostro, mientras sus manos comenzaban a sudar.

---- Linda.. yo.. ,¡yo estoy buscando algo de dinero para hacerle un regalo sorpresa a tu padre!--. Junto sus manos y las pego a su barbilla, mientras daba una sonrisa claramente falsa.

La niña se emociono por tal declaración, pues en su inocencia, el actuar de su madre era realmente natural. Sin contar que la pequeña no sabía que día era el aniversario de sus padres.

---- ¿En serio?--. Pregunto entusiasmada--. ¿Puedo ayudarte a elegir el regalo para papá?

La mujer se veía más nerviosa, su hija la estaba reteniendo, siendo que tenía el tiempo realmente contado para que llegara su esposo.

---- No, linda. Se como eres, y si te digo que tipo de regalo es tal vez... se te salga decirle a tu padre. Y eso significa que ya no sería una sorpresa, ¿no lo crees?--. La niña hizo un leve puchero, pero rápido lo acepto.

---- ¡Esta bien!, espero puedas escoger un regalo realmente lindo, mami...

[....]

---- ¡Maldita sea!--. Se escucho el grito desde su habitación.  La niña algo asustada, salió de su habitación en busca de su padre.  Era muy frecuente que se pegara contra el soporte de la cama, para después maldecir.

En cuanto se paro frente al umbral de la puerta noto a donde se dirigía la mirada de su padre. Era nada más ni menos que la caja fuerte, la cual justamente se encontraba vacía.

---- Esa maldita...--. Volvió a quejarse. Y la niña se sintió culpable.

---- Papá,  mamá dijo que iría a comprártelo un regalo..--. Mencionó inocentemente, creyendo que la furia de su padre se calmarla con aquella "declaración ".

No obtuvo respuesta de aquel hombre, simplemente una mirada fría de su parte.

---- ¿Tú la viste..?--. Se acercó a su hija diciendo aquello de forma amenazadora. La pequeña no contesto-- ¡¡Contestame!!, ¡¿Tú la viste sacar el dinero?!---. Terminó agachandose para tomar fuertemente de los hombros a la pequeña, lastimandola por la fuerza que usaba.

La pequeña comenzaba a asustarse, a temblar, y finalmente llorar. Asintio con su cabeza mientras sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas.

Su padre, cegado por el enojo y sentimiento de traición, empujó a la pequeña haciendo que esta cayera de espaldas al suelo.

---- ¡¿Entonces por qué no la detuviste?!, ¡¿eres tan estúpida como para no darte cuenta de que ni siquiera estamos cerca del aniverssrio?!

---- L-lo siento...--. Susurro inaudiblemente.

---- Charles tenía razón, ¡esa mujer era una arpia! Y para colmo me deje una hija igualita a ella, pero estupida--. Dijo con repudio.

La pequeña sólo miraba la fría mirada de su padre desde encima. Nuncs había sentido tanto miedo como aquella vez, y en su pobre y pequeña consciencia se culpaba por la infelicidad de su padre.

Aquel día había comenzado todo, el gran odio que su padre le tenía por el único hecho de parecerse a su madre. Por el hecho de que no hizo "nada" para detener a aquella mujer, siendo que ella no era consciente de lo que estaba pasando.

Se levantó exaltada y sudada. Había revivido aquel recuerdo en forma de pesadilla. Ahora que era mucho más grande era consciente de que todo aquello no era su culpa.

Y de igual manera, de que su padre había quedado tan mal como para pensar que el "confiar" en su familia estaba mal. Ya que los malos actos que podrían hacer él no los sabría debido a que les mentirían, a menos de que fueran contados por la boca de terceros.

Por eso su padre confiaba más en el gerente que ella, y todo lo que él hiciera estaba bien y lo de ella completamente mal.

Paso ambas manos por su cara, recogiendo los mechones de cabellos caídos y alborotados que tenia.  Debía levantarse y alistarse, en unas cuantas horas comenzaría su turno, y no podría faltar por mucho que le doliera el tobillo.

[...]

La cafeteria apenas y comenzaba a llenarse, tanto clientes habituales y otros que no lo eran tanto. Intentaba ir lo más rápido posible a atender las mesas, sabía que aquellos zapatos deportivos no le quedaban tan bien como sus zapatillas altas. Pero si quería recuperarse aunque sea un poco, era necesario aquel cambio.

Sentía que aquel día era distinto, como si algo le estuviera faltando. Recorrió todas las mesas con su vista, asegurándose de que no le faltará algo a alguien, y ahí se dio cuenta de que él no estaba.

"Que raro.. El señor Yuu suele llegar temprano". Se dijo así misma.

El encanto deseguro no había durado mucho, tal vez no tuvo tiempo de pasar aquel día, o simplemente se había cansado de ir. Aunque fuera lo que fuera, a ella no debería importarle, ¿no es así?

---- ¡Hey, despierta!--. Escucho un grito a sus espaldas. Era el gerente, el cual al parecer le había estado hablando desde hace unos minutos.

---- D-disculpeme señor--. Se reincorporó, quedando frente al hombre, que ciertamente no se veía nada feliz.

---- Más vale que estés atenta, dudo mucho que quiera que tu padre sepa de esto...

---- ¡n-no hace falta molestarlo!--. El hombre sonrió.

---- Bien, en ese caso.. necesito que te quedes unas horas extra. El empleado de la tarde no vendrá, tu ocuparas su turno.

---- Pero señor, yo no debería de..

--- Me importa un comino. Vas a hacer lo que yo te ordene, porque no pienso pagar más de lo debido a un suplente.

La joven chica suspiró rendida, no tendría de otra más que hacer lo que aquel desquiciado le pedía. Después de todo, él tenía poder sobre ella.