03

1.7K 202 114
                                    

Siendo guiado el castaño se enderezó recuperando la confianza poco a poco

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Siendo guiado el castaño se enderezó recuperando la confianza poco a poco. Vegetta acarició dulce con el pulgar dándole fuerza conforme se integraban al grupo.

Willy fue el primero en levantarse, dándoles la bienvenida seguido de algunos más. Luzu agradeció y poco después tomó lugar junto a Vegetta.

Dio un rápido vistazo aceptando el trago de Alexby mientras era consiente de la presencia de Rubius junto a Quactiky.

La amargura acarició su corazón creciendo aún más al verse atrapado por el de ojos verdes. Quedó paralizado frunciendo el ceño con desagrado al notar la forma descarada en que Rubius se abrazaba al mexicano.

Se mordió la lengua retirándose antes de perder el control. No entendía por qué buscaba provocarlo, jamás había visto algún interés romántico de Rubius hacia Quactiky, al contrario, el español siempre estaba pegado a Vegetta y viceversa.

Entonces...

¿Por qué ahora las cosas parecían estar al revés?

Fuera lo que fuera la risa escandalosa de Quactiky lo atrajo devuelta. La decepción pintó sus ojos, provocando que llevará el líquido alcohólico a su boca y limpiará con brusquedad.

Incluso aunque no quería hablar con él, muy en el fondo deseaba que el mexicano mostrará alguna pizca de interés. Algo que le dijera que fue un tonto por alejarse de la nada, que estaba mal, que lo quería de la misma forma.

Sin embargo, tuvo que aceptar que el pelinegro prefería irse a bailar con Rubius, dejándolo atrás.

—No son más que un par de bobos.

La reconocida voz lo sorprendió levantando la cabeza. Por momentos pensó que lo decía tras descubrir su situación, sin embargo desde su posición la soledad que desprendía Vegetta al admirar el cuerpo danzante de Rubius lo desconcertó.

Quizá si fuera otra persona y no el mismísimo Luzu lo hubiera dejado pasar. Pero con el tiempo había aprendido que las palabras de Vegetta siempre tenían significado por muy bizarras que fueran. Por eso, se recargó contra el hombro contrario dándole la seguridad de que estaba para él.

Porque ahora entre alcohol y música, ambos eran víctimas del mal amor.

—¿Debería rendirme?—Preguntó.

Vegetta desvío la mirada parando de torturar su corazón.

—Me encantaría decirte que sí—Respondió—Pero ni siquiera yo sé que hacer.

Luzu rió por lo bajo divertido de su propia desgracia.

—Da igual, estoy harto de esta mierda—Expresó—solamente quiero divertirme esta noche.

Vegetta escuchó en silencio tomando de su trago. Miró nuevamente los causantes del conflicto y elaboró algo malévolo.

Algo que en su momento tacharía de infantil, pero ahora endulzaba sus heridas como nunca.

ᴅɪsᴄᴏᴛᴇᴄᴀ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora