Después de la muerte de su padre, Axel decidió irse a vivir a la casa de Curtis que le había dejado su progenitor, viajó con su hermano mayor Manuel. Además, Manuel estaría más cerca de su trabajo, ya que era el asesor legal de la señora Anahí. No lo hacía por necesidad, la verdad, sino por el afecto que le guardaba a aquella mujer y su familia. Personalmente, él no los conocía, a pesar de que su hermano ya llevaba años trabajando para ella. Pero su padre nunca había querido que tuviera contacto con ellos, aunque a estas alturas, tampoco le interesaba. Los dos hermanos llegaron a la casa, ambos se quedaron mirando la vivienda de arriba abajo, entonces Manuel le puso la mano en el hombro a su hermano pequeño y le dijo:
-Entra tú, voy a ir a junto la señora Anahí, quiero que sepa que ya estoy aquí.-dijo antes de irse.
El joven se quedó callado, observando su nueva casa, comenzó a recordar momentos con su difunto padre. Tampoco podía olvidar cómo había muerto su padre, había sido asesinado, nunca olvidaría esa oscura noche. Tenía los ojos llorosos, recordar todo eso, hacía que se sintiera mal. Pero decidió sacar esos pensamientos de la cabeza, se limpió las lágrimas, cogió sus maletas y entró en la vivienda. Entonces escuchó los gritos de una chica:
-¡Suéltame, déjame en paz!
Vio cómo un hombre agarraba a una jovencita, mientras ella no paraba de gritar, se notaba que ese contacto era en contra de la voluntad de la muchacha. No podía permitir esa conducta y mucho menos en su casa, así que intervino:
-¡Suéltala inmediatamente!-chilló con fuerza.
La chica se colocó unas escaleras más arriba, mientras que el hombre las bajaba para enfrentarse al muchacho:
-¡No te metas donde no te importa!-dijo el hombre antes de bajar el último escalón.
-Yo me meto donde me da la gana.-contestó bruscamente.
-¿Quién eres? ¿Qué demonios haces aquí?-preguntó con chulería.
-Eso es lo que me pregunto yo, ¡¿quién eres?! ¡¿Y qué demonios haces aquí?!
-¡Soy Lucio Peñalver, el capataz de esta casa!
-¡Y yo soy Axel Montenegro, el dueño de esta casa!-reveló enfadado.
La revelación calló a Lucio, se quedó mirando sorprendido a Axel, no se esperaba que fuera a aparecer por allí ni nada por el estilo. Se negaba a creerlo, dio unas vueltas y se volvió a dirigir al muchacho:
-¿Y cómo sé que dices la verdad? ¿Cómo sé que tú eres Axel Montenegro?
-Puedo despedirte para que convenzas.-contestó implacablemente.
El capataz se quedó alucinado mirando al joven, el hermano de Manuel se había ganado sus respetos:
-Lamento mucho mi actitud, había escuchado hablar de usted, pero nunca tuve el gusto de conocerlo.
-Pues ya me conoce.-contestó con ira.
-Estoy a sus órdenes, patrón.-dijo después de sacarse el sombrero como señal de reverencia.- ¿Se le ofrece algo?
-Sí, ¡quiero que te vayas de mi casa de inmediato!
-Pues yo vivo aquí.-dijo sin vergüenza.
-¿Y con el permiso de quién? Esta es mi casa y nadie, sin mi consentimiento, puede vivir aquí.-contestó al atrevimiento de Lucio.
-Como usted no se dio aparecido por aquí, pues yo...
-¡Pues vete de aquí ahora mismo!-gritó enfadado.
-Como usted ordene, ¿algo más?
-Nada.-contestó bordemente.-De ahora en adelante, me encargaré yo mismo de manejar mi casa y todo lo que tenga que ver con lo que está dentro.

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El patrón
RandomAxel es un joven guapo, rico e inteligente. Pero debido a su difícil pasado, su carácter cambió, ahora lo tiene mucho más fuerte y complicado. Con sus enemigos podría llegar a ser implacable. Pero a pesar de todo, tenía una mente avanzada para los...