Capítulo 6

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Por la noche...
Manuel estaba sentado en la silla colocada al lado de la camilla de Axel, no dejaba que hiciera muchos movimientos y no se despegaba de él en ningún momento:
-¿Vas mejor, hermano? ¿Necesitas algo?
-No te preocupes, hermano, estoy bien.
-Mira, no me mientas, no creo que no te duela la mordedura de una víbora hocicuda.
-A ver, me duele un poco, pero tampoco tanto cómo para exagerar.
-Tienes que tener cuidado, no vuelvas a trabajar solo en el campo, no vaya a ser que te pase algo.
-Manuel, tranquilo, no te pongas en modo hipocondríaco.
-¿Alguna vez has pensado en lo que sentiría si te pasa algo? Eres lo único que me queda, así que te pido que tengas precaución.
-No me va a pasar nada, en serio, solo ha sido un incidente.-mintió.
-Me da la sensación de que me ocultas algo.
-No te oculto nada, hermano, ¿qué voy a poder ocultar?
-No lo sé, ahora que ya no confías en mí y tengo que enterarme por personas ajenas, ya no sé nada. No te reconozco, hermano, en serio.
-Esto es lo que soy, ya es hora de que lo asimiles, no pienso volver a ser el mismo de antes.-dijo en tono cortante.
En ese momento, petaron a la puerta, era Iván, el hermano de Gloria. Alegró al patrón, logró sacarle una sonrisa:
-Vaya, vaya, no me esperaba esta visita.-sonrío.
-¿Cómo estás, patrón?
-Bien, no te preocupes, cielo.
-¿Quién es usted?
-Manuel, el hermano del patrón, ¿y tú?
-Iván.-contestó alegremente.
El niño se acercó al joven y le dijo al oído:
-Patrón, vi al capataz de la familia Del Valle poniendo una víbora en tus tierras.-susurró.
El muchacho se quedó pensando, entonces le dio un beso en la mejilla y le dijo:
-Mañana iré a verte y hablamos con más detenimiento, ahora estoy un poco cansado.
-Vale, descansa, buenas noches.-dijo el niño dándole dos besos en la mejilla derecha.
-Buenas noches.
Se fue y los hermanos quedaron solos:
-¿Qué te dijo al oído?
-Ay, Manuel, estoy cansado .-dijo acostándose.
-Axel, me estoy cansando de tu actitud, yo no te hice nada.
-Yo a ti tampoco, simplemente no tengo ganas de hablar.
-Pues vas a hablar, al menos así, no podrás irte. Dime, ¿por qué no me cuentas nada?
-Porque no quiero meterte en problemas, no quiero que te pase nada.-se sinceró un poco.
-Escucha, puedo ayudarte, no pienses que me vas a meter en problemas. Te pido que confíes en mí como antes.-dijo poniéndole la mano en el hombro.
De repente, petaron de nuevo, esta vez era la señora Anahí. Abrió y dijo:
-¿Puedo pasar?
-Claro, señora.-dijo el hermano de Axel sonriente.
Pasó y se puso al lado de su trabajador, miró al joven y habló:
-¿Estás mejor?
-Sí.-contestó secamente.
-Es extraño que una víbora de esas ande por aquí, suele haber culebras y poco más.
-Puede ser que me tuvieran cariño de más.-dijo sarcásticamente.
-Entiendo, entiendo.
Al verlo de tan cerca, podía apreciar algunos parecidos con su hija. Ambos tenían la nariz recta, dentadura impecable, la misma forma de la boca, eran delgados y tenían una buena estatura. Además los hermanos no tenían ninguna similitud... Entonces decidió descartar esa idea, quizás la edad le empezara a afectar.
-¿Le pasa algo, señora? ¿Por qué me mira así?-preguntó bruscamente el jefe de Britney.
-Nada, simplemente me dio un lapsus, la edad me empieza a afectar.-mintió.
-Señora, ¿podría llevarme a mi hermano a su casa? No puede quedarse solo y prefiero andar yo al pendiente, tampoco la quiero dejar sola a usted.
-Por supuesto que sí.
Axel iba a decir algo, pero se frenó, había planificado un plan infalible para hacerle pagar a esa gente por haber intentado atentar contra su salud. Ahora él lo haría en contra de su reputación, si no lo veían ir a su casa, pensarían que estaba muy mal. Así mañana podría denunciarlos y reaparecer como ellos no se lo esperan, por eso se calló. Le dieron el alta y con ayuda del asesor legal, subieron al vehículo y se dirigieron a la casa. Era grande, pero no tanto como la suya, le dieron la habitación que estaba al lado de su hermano. Se instaló y Manuel no podía pasar sin decirle:
-Vendré a verte de vez en cuando.
-Vale.
Entonces se acercó y le dio un beso en la cabeza:
-Duerme bien, Axel.
-Igualmente.-dijo secamente.
Se fue, pasó media hora y no era capaz de dormir. Así que se levantó a la cocina a beber un vaso de agua, entonces se encontró con Gabriela. Pudo ver a una mujer de cabello rubia tirando a dorado, los ojos castaños bastante inflamados, nariz recta, tenía coloretes de tanto llorar, alta y delgada. A pesar de estar así, se podía apreciar su belleza. Entonces lo miró de manera extraña y le preguntó:
-¿Quién eres tú?
-Soy Axel, el hermano de Manuel. ¿Quiere que le sirva un vaso de agua?
-Me harías un favor.-contestó sin dejar de observarlo, no lo conocía, ese era el motivo.
El chico le echó agua al vaso y se lo dio:
-Gracias, cariño.-dijo acariciándole la mejilla.
A pesar de estar enferma, nunca dejó de ser cariñosa, siempre tuvo esa virtud. La única persona que nunca la disfrutó fue la señora Anahí porque eran tan distintas que no se llevaron nunca bien. Pero con el resto, siempre fue cariñosa, era el motivo por el que Manuel le guarda cariño. Además él la conoció cuando aún estaba sana. La mujer se fue callada y a un paso bastante rápido. El patrón lavó ese vaso y echó agua en otro para beber él. Al acabar, se fue de nuevo a la habitación.
Mientras tanto...
Lucio caminaba por delante de la casa de Axel, eso era algo que inquietaba a Britney. La chica lloraba como todas las noches, se mantenía en la puerta para evitar el paso del ex-capataz, aunque esta noche no era la intención del hombre. Peñalver miró hacia arriba y se dijo para él mismo:
-Patrón, le juro que esta noche no dormiré, protegeré la casa, pero no dejaré de pensar en usted.
En casa de Ava...
La chica estaba en su cuarto, pensando su nueva canción, entonces pensó en Axel y comenzó a escribir:
Ya no puedo dormir
Porque me la paso soñándote
(soñándote)
Y te adueñas de mí
Cuando te veo
(no, no, no)

Porque te has vuelto una loca fijación
Yo te soñé y te robas toda mi atención
Cierro los ojos
Me mata esta obsesión, uoh

Y ya no puedo ni sacarte, te quedas en mí
Y ahora ya no sé qué hacer
Ya no quiero imaginarme que me toques
Quiero ya el amanecer para verte

Porque tú eres mi obsesión
Tengo por ti una fijación
Sentir tu cuerpo en mi cuerpo
Será mi perdición (x2)

Me traiciona el inconsciente, te pienso frecuentemente
Sé que estoy loca, pero quiero tenerte
Parece que tuviera miedo de perderte
Tampoco me las quiero dar de inocente

En mis sueños, te visito

Porque tú eres mi obsesión
Tengo por ti una fijación
Sentir tu cuerpo en mi cuerpo
Será mi perdición (x2)

Y ya no puedo ni sacarte, te quedas en mí
Y ahora ya no sé qué hacer
Ya no quiero imaginarme que me toques
Quiero ya el amanecer para verte
Al acabar de escribir, sonrió, mientras que cantaba, pensaba en el patrón. Mientras que, Borja se emborrachaba por el dolor de ver que Ava sentía amor por otro hombre, eso lo enloquecía. No aguantaría mucho más sin confesar sus sentimientos, tenía que hacerlo lo más rápido posible para que no se la quitará ese patroncito, la envidia lo estaba matando. Quería conquistarla lo más rápido posible antes de que el amor surgiera y ya no hubiera vuelta a atrás.







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