Un poco nerviosa al saber que estaba mirandome hace un rato sin darme cuenta, aparté bruscamente la mirada mientras mis mejillas se pintaban de un rosa pastel. Mi cuerpo se sentía caliente y de cierto modo me ardían los cachetes.
Mientras seguía en mi propio mundo millones de cosas pasaban a mi al rededor. Pero por fin una pregunta que hizo mi hermana: Paulina, me saco de aquel viaje.
—En realidad nos has contado muy poco sobre ella, casi no tuvimos tiempo de conocerla bien—Refiriéndose a Victoria.
—¡Cierto! Bueno... ¿Cómo debería de presentarla?—Pensó unos segundos— ¡Ah! Les contaré la historia de como nos conocimos.
Así comenzó su relato.
—Ella y sus amigos tienen una banda, y juntos se ganan la vida tocando en bares. Uno de esos bares casualmente era el que frecuentaba mucho, quedé impresionada cuando los escuché tocar y rápidamente me hice amiga de ella, pues también me atendía y era mi mesera—Rieron un poco—Desde ahí nos hicimos grandes amigas, y ahora vamos a ese mismo bar donde nos conocimos—Finalizó con una sonrisa.
Siguieron haciéndole preguntas y la copiloto amablemente respondía cada una de ellas con detalle.
Estaba perdida en aquellos ojos ambar. No paraba de pensar en ella, en su sonrisa, en su cabello negro y en cómo iba vestida a aquella fiesta.
llevaba un pantalón holgado, una sudadera escotada en la parte del pecho y la espalda a la misma altura que la parte delantera, un gorro negro y unos zapatos blancos. Todo eso la hacía lucir hermosa.
Finalmente, uno de los amigos de Victoria dió un frenon de golpe y con su marcado y peculiar acento argentino enunció que habíamos llegado. Creo que solo yo sentí el viaje como interminable. Pues parece que habían pasado horas y horas, aunque habíamos llegado relativamente "temprano" al bar, Justo en la hora pico. En la hora perfecta donde la gente empezaba a llegar.
Me baje del coche junto con mis hermanas y nos detuvimos a observar como entre los 4, hacían un poco de fuerza para sacar lo que parecían ser unos instrumentos de la parte trasera del coche.
Para mí, en el momento que Vic se colgó el suyo, era imposible no reconocer aquella figura tan familiar, pues era un bajo. Entonces mi corazón se aceleró.
Cuando empezamos a entrar, Le regalé una cálida sonrisa a la pelinegra. Solo apartó la mirada rápidamente y acomodó sus cosas.
Dany, Pau y yo estabamos un poco desorientadas. Habíamos sido complemente abandonadas por Vic y sus amigos, les habíamos perdido el rastro. El bar estaba completamente lleno. A acepción de una mesa, en la cuál decidimos sentarnos y pedir algo para tomar. Lo típico que haces en un bar.
Me sentía insegura e inquieta, mis hermanas lo notaron y comenzaron a hablar para tranquilizarme. Estaban un poco borrachas después de todo... Así que nos comenzamos a reír y la estábamos pasando bien, fue en cuestión de media hora o menos, cuando un sonido fuerte casi rompe mis oídos.
Aquel sonido también me resultaba muy familiar. Era como el sonido de los platillos de una batería y el desgarre del amplificador de una guitarra, cómo el que suele hacer Dany en las pruebas de sonido.
Me giré junto con mi silla, en dirección a un pequeño escenario que me había llamado la atención desde que llegamos.
Todavía sin darme cuenta, le tomé un sorbo a mi limonada.
Me dí cuenta en cuestión de segundos, aunque había tardado bastante. Las luces de colores que parpadean le daban ese toque único que solo tienen las discotecas. Aunque en ese momento simplemente pareciera que alguien apagó las luces y gracias a un pequeño destello que hacía sombra a las irreconciliables siluetas, la gente comenzó a aplaudir.
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Amour To You
FanficVictoria tenía una pésima suerte para el amor. Su última relación había acabado de la peor manera, le habían roto el corazón. Y gracias a esto, decidió regresar a su ciudad natal, en Monterrey. Dónde finalmente logró conseguir trabajo en un bar. Dur...