-Tenía una persona que amaba demasiado, hasta que me di cuenta que me había dejado por otra, no puedo decir más es como si me destruyera desde lo más profundo de mi alma, me duele mucho el pecho.-Llorando.
Actue por instinto, la abracé, no podía creer que estaba llorando.
Ella me mira sin poder entender nada.
-¿Porqué lloras?
-Verás también tenía a alguién que amaba demasiado, hasta que... me dejo, ni siquiera me dijo algo, solo a desaparecio, por suerte logre verlos juntos, mi mejor amigo y mi novia eso fue tan doloroso, al verlos juntos evite haberla dado por desaperecida y de no haberlos visto estaría buscandola como loco hasta un día darme cuenta de la verdad, perdón si lloro pero es que aún no tengo tiempo para terminar de digerir ese momento...
-Perdón por interrumpirte pero puedes llorar lo necesario.-Poniendo su mano encima de la mía.
-Ahora eres tu la que me ayuda. -Sonrio y agarro su ahora cálida mano.
-Corrección nos estamos ayudando mutuamente.-Ella me demuestra afecto.
Quede totalmente impresionado de como ella con todo su dolor también fue capaz de tener fuerzas para ayudarme, pero tambien feliz de que me diera el cariño que tanto estuve necesitando.Luego sucumbimos en llanto, después de desahogar todas nuestras penas y una larga charla de consuelo, sentí que desaperecio esa nostalgia en mi, pero aún quedaba algo en ella.
-Acompañame te llevare a tu cuarto.-Le dije mientras le tiendo la mano.
-Vale, te sigo.-Tomó mi mano, sonriente.
Mientras subíamos las escaleras la observo de reojo, sin darme cuenta tropiezo con un escalón y caigo rodando hasta llegar al suelo.
-Me duele el hombro y el tobillo.-Pienso y a la misma vez jadeo en silencio.
Ella baja corriendo a ayudarme.
-¿Héroe, estás bien creo que te hiciste daño?
-No, estoy bien gracias.
-Perdón tenía tu mano pero todo fue tan de pronto que no pude sostenerte.
-No te preocupes estoy muy bien, esa caida es poco como para lastimarme.
-Parecías haberte hecho daño, pero si tu lo dices.-Sabe que miento.
-Bien sígueme.
-Nada mas no te vuelvas a caer, mi corazón no lo aguantaría y mucho menos tu escalera.
-Jaja, no.-Sonrio
-Parece que estas más tranquila.
-Me diste un susto de muerte, pero si, estoy más tranquila sabiendo que estas bien.
-Lo lamento, te estaba mirando y tropecé.
-¿Qué acabó de decir?-Pienso.
Ella no dice nada, se me acerca y me mira a los ojos.
-¿Bueno y que era lo que tanto mirabas o porqué?
-Perdón si te asuste, es solo que te ves triste y me preocupe, solo eso.
-Ni yo mismo se el porque la miraba, como podría haber respondido esa pregunta de ser necesario.-Pensé.
-¿Solo eso?
-Si la verdad es que soy médico, así que si tienes un problema solo dímelo.
-A si, si entonces eres médico pues no lo pareces.
-Bueno la verdad no se que medico se lanza por la ventana de un segundo piso en pleno invierno siendo tan oscuro para salvar a una desconocida.
-Creo que me pase.-Pienso.
-Si es verdad, perdón por ello, ya hiciste suficiente.
Me quedo cabeza agacha.
-Vamos era solo una broma.-No se que hacer.
-Sabes algo.
-...
-No creo poder haberte visto en esa situación y no haber hecho nada, no quiero que te preocupes porque te haga daño al contrario, prometo que no te sucederá nada mientras estés cerca de mi.
-...
-No dice nada, parece no creerme o simplemente no desea depositar confianza en mí.-Pienso.
-Valla ya llegamos, es este mi cuarto, aquí puedes descansar tranquila, si necesitas algo recuerda llamarme.
-Esta bien.-Sonrie.
-Bien, te dejo.
-Vale.
Mientras camino al baño.
-No se ni como aguante el dolor frente a ella, hay algo en ella que me parece familiar.-Pienso.
Dentro del baño.
-¿Donde puse el kit de primeros auxilios?
-Aquí esta, por ahora me vendare, creo que así estará bien. -Pienso.
-Bueno al menos ya no me duele tanto el tobillo, quisiera poder decir lo mismo del hombro.
-Creo que me aplicaré una pomada para el dolor.-Pienso.
-Listo, mucho mejor.
-¡Ayuda!-Grito
-Eso ha sido un grito, debe ser la chica.-Pensé.
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Fría Noche de Diciembre
RomanceTragedia desarrollada en la depresión de la noche y en las almas de los desolados.