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Capítulo seis

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Capítulo seis

Neymar

Dejé la pesa a un lado y me acosté en el suelo, intentando recuperar la respiración. Me tapé los ojos con el brazo izquierdo, sintiendo como mi estómago subía y bajaba.

Llevaba dos semanas viviendo con doña Fátima y Julieta; el tiempo se estaba pasando lento y, aunque a veces extrañaba mi casa y mis cosas, no quería irme. Solía pasar mucho rato encerrado en la habitación que ellas habían preparado para mí, entrenando como podía, sin hacer fuerza con la pierna afectada, pero al menos trabajando el tren superior.

La primera semana fue difícil, los primeros días directamente salía a comer y al baño. No me relacionaba mucho con ninguna de las dos. A veces me encontraba con Fátima mirando televisión en la sala, ella me invitaba a sentarme y, aunque al principio rechazaba la invitación, con el pasar de los días le hacía compañía.

Mirábamos los partidos del mundial y me convidaba con mate. Había descubierto que no cocinaba, de eso se encargaba Julieta, no sabía el por qué y tampoco había preguntado, pero lo cierto era que la más joven cocinaba en la noche y dejaba el almuerzo pronto para nosotros, solo era cuestión de recalentarlo.

Mi celular sonó, obligándome a levantarme del suelo. Era una videollamada entrante de Davi que no dudé ni un segundo en responder.

—Hola, mi amor. —Lo saludé.

—Hola, pa —Su carita apareció en pantalla, dejándome ver su cabello rubio y sus ojitos que delataban que se había despertado hacía poco tiempo—. ¿Cómo estás?

—Bien ¿y tú? ¿Cómo está Valentín?

—Estamos bien, te extraño.

Mi corazón se apretó en mi pecho, pero mi lado egoísta le ganó a mi lado sensible. No podía volver, dos semanas no me alcanzaban, necesitaba más tiempo para mí, para descansar, para enfriar la cabeza. Además, ya me estaba acostumbrando a no tener flashes siguiéndome por todos lados, no podía renunciar a esta cuasi libertad tan pronto.

—Yo también te extraño, hijo —Murmuré en un hilo de voz, conteniendo el llanto—. Te prometo que iré unos días para navidad ¿sí?

— ¿Y para año nuevo?

—Para año nuevo también, celebraremos juntos las fiestas.

Hablé con Davi casi media hora, también con Carol que aprovechó a preguntarme cómo estaba, ella no había quedado satisfecha con mi decisión de desaparecer del ojo público, sobre todo porque eso significaba alejarme de nuestro hijo por un tiempo.

Me despedí de ellos con la promesa de pasar las fiestas en Brasil, esperando que Davi quedara satisfecho con esa respuesta escueta que le había dado. Siempre podía pedir que mandaran el helicóptero y volar hasta casa, pero no quería irme.

𝗜𝗻 𝘆𝗼𝘂𝗿 𝘄𝗲𝗱𝗱𝗶𝗻𝗴 𝗱𝗮𝘆 | 𝗡𝗲𝘆𝗺𝗮𝗿 𝗝𝗿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora