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Capítulo veinticinco

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Capítulo veinticinco

Neymar

Bruna y Bianca conversaban a la distancia, sentadas sobre la baranda del barco, tomándose fotos para subir a sus redes. Las escuchaba reírse a carcajadas y saltar una y otra vez hacia el agua, seguramente grabando historias de Instagram hasta que alguna pareciera salir natural.

No sé qué estaba haciendo allí, ni siquiera había estado de acuerdo con la idea en primer lugar. Quería quedarme en París, comenzar con los entrenamientos de una buena vez, y sacarme el malhumor que tenía pateando una pelota.

La rabia me estaba consumiendo, era el tipo más infeliz del mundo en ese mismo momento. Pretendiendo tener la vida solucionada, con una futura esposa maravillosa y el trabajo de mis sueños.

No había nada más alejado de la realidad que aquella fantasía que se habían inventado los medios. Ni siquiera disfrutaba estando en Brasil, si bien recibía fans a cada rato, también era perseguido por los haters criticándome a sol y sombra por lo que hacía y por lo que dejaba de hacer también.

Me recosté en el respaldo del silloncito, mirando hacia el cielo. El día estaba espectacular, el sol brillaba, no había rastro alguno de nubes, y hacía calor. El aire caliente e intenso me quemaba el cuerpo, haciéndome sudar sin esfuerzo.

Mi amiga Bianca, a quien conocía desde hacía casi ocho años, me había convencido de venirnos una semana a nuestro país para distraerme. Según ella, cada día que pasaba me veía triste y enojado, y quería buscar alguna manera de poder ayudarme.

Moría por contarle que la única forma de ayudarme era devolviéndome a mi Julieta. Quería decirle que no estaba seguro de dar el sí ante Dios, que estaba muerto de miedo, que ya no sabía si había tomado la decisión correcta.

Pero me arrepentía cada vez que las palabras querían salir de mi boca. Bianca era amiga de Bruna, fue ella la que nos presentó unos años atrás y, por supuesto, la encargada de organizar la boda junto a mi prometida.

Contarle lo que sentía era una locura, me exponía a mí, la exponía a Bruna y sobre todo a la monita, que poco y nada tenía que ver con toda esta historia. Yo me había equivocado, me metí con ella sin haber terminado con la brasileña, y ahora sufríamos los dos por culpa de mis malas decisiones.

Bruna corrió hacia mí, mojada de pies a cabeza con el agua de mar, y se tiró a mis brazos, apoyando su cabeza en mi pecho. Intenté sonreírle, juro que di todo de mí en este viaje para hacerla pasar un buen momento, pero no podía.

Todo se había salido de control y ahora no sabía como volver a la dirección correcta sin seguir lastimando a las personas que quería.

—Te amo —La escuché decir antes de que dejara un beso casto sobre mi pecho—. Estoy tan enamorada de ti, te juro que te amo, Junior.

El corazón se me apretó y casi pude sentir mi estómago revolverse con nauseas. No pude devolverle el gesto, ni siquiera por compromiso, así que me limité a besar su cabeza y seguir mirando el cielo.

𝗜𝗻 𝘆𝗼𝘂𝗿 𝘄𝗲𝗱𝗱𝗶𝗻𝗴 𝗱𝗮𝘆 | 𝗡𝗲𝘆𝗺𝗮𝗿 𝗝𝗿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora