Amante amigo ⟦ Luzugetta ⟧

CAPÍTULO V 🔞

Advertencia: Contenido sexual explícito.

━━━━━━━━━━━━━━━━━

El mayor lo miró boquiabierto, no podía creer la propuesta de su compañero. -¿Te refieres a la vez que tu y yo...- un rubor comenzó a aparecer en sus mejillas. -... tuvimos relaciones?-

El menor asintió mientras se sentaba en las piernas del oji rubí. Este lo miró asombrado, pronto comenzó a sentirse acalorado.

-Vegetta...- lo tomó de las caderas. -¿Estás seguro de eso?... Digo, no es que no quiera, sino porque la última vez dijiste que no estabas listo, así que yo termine por ser el... Eh, ya sabes.- desvió la mirada apenado. -Además...- volvió a mirarlo. -Estas ebrio... No quiero que te arrepientas después.- le dedicó una débil sonrisa.

-Lo se...- lo miro directo a los ojos, sus pupilas se encontraban dilatadas. -Pero esta vez, de verdad te necesito...- su rostro comenzó a arder. -P-Por favor, Luzu...- lo miró suplicante mientras se mordía levemente el labio inferior.

El mayor ya no pudo soportarlo, tomó bruscamente el rostro del menor para poder besarlo con desesperación, este lo correspondió de la misma forma, pareciera que llevaban mucho tiempo esperando el volver a sentirse el uno al otro.

═════════════

Se besaban apasionadamente, sintiendo cada toque del otro, dejándose llevar por sus sentimientos, sentimientos que deseaban jamás ocultar.

Pronto el mayor se separó de aquel beso, dejando a un ojos violeta sonrojado, tratando de recuperar la respiración.

-Mi Vegettita...- se acercó lentamente a su cuello, comenzando a besarlo, dejando varias marcas por doquier. El menor jadeaba y suspiraba a cada toque del mayor, estaba volviéndose loco con tan solo unos besos. -Se ve que ya lo necesitabas...- sonrió de lado mientras comenzaba a desvestirlo, empezando por su camisa.

-Cállate...- jadeo avergonzado mientras intentaba imitarlo, pero este lo detuvo.

-Será mejor que vayamos a mi habitación...- antes de que el menor pudiera responder, este lo había tomado en brazos sin más, apresurando el paso hasta que llegaron a su destino, acomodándolo delicadamente en su cama, aquella misma cama en donde habían vivido su primer encuentro.

-Ahora sí...- se posicionó encima suyo para volver a atacar su cuello, bajando lentamente por su pecho, hasta su torso marcado, aquel torso que desde el primer día lo había vuelto loco. Besaba y mordía cada parte que encontraba en su camino, dejando varias marcas en aquella piel desnuda.

El menor desvió la mirada mientras suspiraba, tratando de no gemir, tenía la necesidad de contenerse, pero al sentir cada tacto del mayor le era casi imposible. Esta vez sentía que estaba a la merced de su querido amigo, el cual le estaba provocando cosas que jamás había sentido por nadie... Al menos en esta vida.