CAPÍTULO VII

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Después de aquella dulce declaración la vida de ambos comenzó a cambiar, ya que desde los últimos acontecimientos en la vida de ambos, estos se habían quedado sin amigos, ahora estos solo eran compañeros de trabajo. Pero esto no les molestaba al par, todo lo contrario, ya que ahora solo se dedicaban a estar uno al lado del otro, sin importarles nada.

Habían pasado ya varios meses, meses en donde el pueblo decaía cada vez más en la corrupción y la violencia, ya que después de la inminente traición del híbrido oso, el pequeño azabache lo sacó del cargo y ahora solo quería ver sufrir a todos, a todos con excepción de una persona.

-Anda Lusuuuu.- exclamó el pequeño azabache mientras acorralaba al mayor. -S-Solo ven a mi casa ya d-después veremos que pasa...- acaricio su pecho sobre su ropa.

- Deje de decir tonterías, Don Quackity.- exclamó el castaño molesto mientras se zafaba del agarre del menor. -Además, esta borracho.-

-¡Soy tu alcalde!- exclamó mientras volvía a acorralarlo. -Y debes obedecerme...- esto último lo dijo mientras caía desmayado al suelo. Por suerte el mayor actuó rápido, tomándolo en brazos sin más.

-Ay Quackity...- suspiro mientras lo sujetaba bien, pronto alguien entró al ayuntamiento.

-Vaya, vaya, vaya, ¿Con que aprovechándose del alcalde?- rió mientras les tomaba una foto.

-¿Pero qué mierda dices, William?- lo miro molesto. -Como si yo fuera capaz de eso.- comenzó a caminar a la salida.

-Oye, tranquilo, solo era una broma.- el castaño lo miró por un segundo, para después seguir su camino, aun cargando en brazos al menor. -Últimamente estás alejado de todos... Todos con excepción de Vegetta.- el castaño se detuvo en seco. -¿Hay algo que deba saber?- lo miró con una ceja alzada.

-No es de tu incumbencia.- soltó sin mirarle. -Buenas noches, oficial.- siguió su camino.

-Buenas noches...- suspiro mientras los miraba irse.

Ya era normal que el alcalde tomará hasta caer, esa última relación había terminado por desequilibrarlo mentalmente. El castaño llevó en brazos al menor hasta su casa, donde fue recibido por sus primos del mismo. Estos al notar que el castaño no era tan mala persona como su primo les había contado, habían decidido tratarlo mejor y mucho más al saber la realidad de su "ruptura".

-¿Otra vez?- habló el moreno mientras negaba.

-Si...- suspiro mientras le entregaba al menor. -Tengan buena noche.- habló mientras se giraba.

-Oye, Luzu...- habló el pelinegro, el mencionado volvió a verlo. -¿Has considerado regresar con el?...-

-No.- respondió instantáneamente y sin dudarlo.

-Comprendo...- suspiro un poco pesado. -Solo para que lo sepas... El aun te ama.- el castaño se quedó un momento pensando para después mirarlos nuevamente.

-Pero ahora yo ya no siento nada por él.- hablo sinceramente mientras hacía una leve pausa. -Que tengan buena noche.- les dedico una leve sonrisa mientras se giraba y comenzaba a caminar.

-Buenas noches...- despidieron al mayor mientras llevaban a su primo dentro.

El castaño comenzó a caminar a la casa de su pareja, una sonrisa comenzaba a aparecer a medida que se iba acercando al gran castillo. Al llegar a las escaleras comenzó a subir escalón por escalón mientras tarareaba una canción. Estaba feliz de volver a ver a su pareja después de otro duro día de trabajo. Tan solo faltaban pocos escalones para llegar, pero pronto comenzó a escuchar algunas voces que lo dejaron desconcertado.

Amante amigo ⟦ Luzugetta ⟧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora