Infidelidad
Recuerdo aquella vez que no dejaste que te besara porque venias sudoroso, creí en ello.
Eras tan estúpido que era evidente lo que hacías a mis espaldas, yo lo sabía, de verdad que lo sabía.
Cada que te hablaba de infidelidad te ponías a la defensiva, me lastimabas con tus palabras y luego pedias perdón.
Tenia miedo decirte algo y que me hicieras aun lado, sentía que no iba a encontrar a alguien mas que me amara como lo hacías tú.
Me manipulaste tan bien que no sabía distinguir si lo que sentía por ti era amor, costumbre o dependencia emocional.
No podía brillar porque eso te molestaba, te molestaba cuando yo reía, cantaba o bailaba.
No te molestaba que tu lo hicieras o la otra mujer lo hiciera, porque sonreías y le decías que era perfecta haciendo todo lo que ella se propusiera.
Sin embargo, conmigo no era así, tu eras feliz con ella y yo lo era contigo.
Cuando supe que podía brillar sola, te aferraste a mi de rodillas diciendo que ibas a cambiar y que solo fue un desliz, que no volverías a engañarme, que me necesitabas en tu vida.
No caí con tu actuación.
Porque yo sabía que la única manera de evitar que me engañaras era no habernos conocido.