Capítulo XIII

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Dos tercios

Siempre me dijeron que las amistades de tres nunca funcionan, que, porque siempre se quiere más a una que a otra, pero eso es mentira.

Desde mi experiencia diré que eso es mentira.

Diré que tengo a mi alma gemela, sin embargo, puedo decir que mi alma se dividió en tres y nos reencontramos en cada vida.

Se que nos hemos reencontrado en otras épocas, países y quizá circunstancias, pero siempre nos encontramos, es como si mi alma encontrara sus dos piezas restantes.

Quería hermanos cuando era pequeña, escuchaba esas anécdotas de compañeros de clase y sentía celos de que ellos pudieran disfrutar ello, cuando las encontré, Dios santo, eran las hermanas que estaba esperando toda mi vida.

Mis dos tercios restantes.

Tenemos diferentes personalidades, una es tan ridículamente encantadora que me dan ganas de darle todo lo bueno que tiene la vida para ella. La otra es callada, pero no te confíes, que esa mente es la más sucia de las tres. Y yo soy la personalidad restante, esa que grita, llora, y no tiene miedo de discutir en el transporte publico para defender a sus amigas, soy esa que cuando falta dinero, paga lo restante.

Mis dos tercios restantes, las amo con toda mi vida, y si me dijeran que tengo que sacrificarme por ustedes, sin duda alguna lo haría, porque se que ustedes lo harían también.

Mis dos tercios restantes, gracias por estar ahí.

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