Dia 3: Anécdota/Cuento de navidad

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Las cintas de un mandil son ajustadas

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Las cintas de un mandil son ajustadas. Harina, azúcar y demás ingredientes están en la barra de la cocina. Alemania revisa que ya tenga todo lo necesario para empezar a cocinar.

Ale- Bien. Ahora a...

Con un rechinido la puerta de la entrada se abre lentamente. Una silueta da dos pasos dentro del inmueble.

Mex-Y...ya, ya llegue.

Comienza a caer. Con rapidez Alemania llega a ella y evita que caiga.

Ale- Mexiko, háblame.

Mex- N....no vayas al mercado antes de nochebuena. Es...es el infierno.

Ale- Tranquila, vamos al sofá para que descanses. ¿Te sirvo un té?

Mex-Mejor un café.

Regresa unos minutos después con una taza de café.

Ale- ¿Qué es todo esto?

Mex- Algunas cosas que necesito para la cena. También fruta y dulces para la piñata.

Ale- ¿Piñata?

Mex- Si, no hay posada sin piñatas cielo. En una ocasión me desconté al gringo con el palo. Pero él tuvo la culpa por lanzarse antes de que me dijeran que parara de tirar golpes.

Ale- Que gracioso.

La mexicana mira el árbol.

Mex- Quedo muy bonito. La primera vi uno fue hace mucho. Y me dejo más que impresionada. Los adornos, los colores. Todo era precioso. Desde ese día me propuse poner yo el mío. Para recordar la emoción que sentí aquella vez.

Ale- Increíble. ¿Y cómo es que lo viste?

Mex- Bueno, Maximiliano quería celebrar las fiestas aquí y quería algo que le recordara a sus tierras. El resto es historia.

Ale- Vaya, cuando era niño también ponían uno en la casa familiar. Mi hermano y yo casi nos caíamos de cabeza intentado ver la cima. Pero lo que más recuerdo eran las galletas. El aroma de canela, vainilla y anís llenaba la casa. Luego las cosas cambiaron. Se acabaron los árboles y las galletas. Je, en una ocasión quería regalarle galletas a Ost, pero no tenía ni un marco. Así que se me ocurrió una tontería. Entre a escondidas a una panadería y saque una medida de harina y una de azúcar. No me dio tiempo de más porque me atraparon y me dieron una golpiza. Pero no me quitaron las cosas porque no las solté. Genuinamente creí que podría hacer algo con solo esas dos cosas. Ya te podrás imaginar el enojo de Ost cuando me vio golpeado con un tazón de engrudo dulce. Primero me regaño por robar y luego me abrazo por intentar darle ese presente. Nuestra cena esa noche fue ese engrudo. Me prometí que algún día le prepararía las mejores galletas que pudiera comer. Lástima que no pudo comerlas.

El torso de Alemania es abrazado por México.

Ale- Lamento mi deprimente historia.

Mex- No te disculpes. Agradezco que la compartas conmigo. Pero a partir de ahora tendremos historias que te sacaran una sonrisa. Puedes golpear por accidente a USA con el palo de la piñata.

Ale- Seguro que sería divertido, pero mejor te dejo eso a ti. No veo la hora de vivir esas historias contigo engel.

Mex- Yo también cielo.

Un pequeño beso cerro aquel deseo que ambos se hicieron en aquel sofá.

Mi navidad contigo (NavidadAlemex)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora