~El Contexto~

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Hola, si hola, soy yo Kaminari Denki y les voy a contar una historia, la historia de mi vida o quizás no de toda, pero sí de como sucedieron las cosas con ella. Si, ella... mi perdición. ¿Qué tanto estás dispuesto a perder por una chica? Si es la indicada... claro. ¿Te has hecho esa pregunta? Yo tuve que hacérmela.

Yo la conocí hace tiempo en la Academia de Héroes en donde estudiamos juntos, nos hicimos amigos prácticamente desde el primer día porque de alguna manera nuestros quirks trabajaban bien juntos; no sé, esa chica siempre tuvo algo que me atraía de alguna manera, incluso en situaciones de lo más peligrosas llegó a ser mi inspiración para seguir sin miedo. Pero el tiempo pasó y nos distanciamos, nos graduamos y dejamos de vernos. Su trabajo la llevó al espionaje y la investigación, trabajar tras bambalinas y en un perfil bajo, completamente al contrario de mí persona; yo era el evento principal, el que llegaba para terminar con el malo mayor, la estrella más brillante del escenario...

De esa manera pronto me convertí en una celebridad que me abrió las puertas en muchos países de Asia, la gente comenzó a considerarme un "idol" y no puedo negar lo mucho que me gustaba ser el centro de atención y escuchar los gritos de las chicas cuando aparecía; no sé cómo pasé de ser el perdedor que nunca tuvo novia en la escuela y era rechazado por todas, al tipo cool que todos querían saludar y por el cual las chicas se desmayaban. ¿Qué contraste no? Eso se debe a que después de la guerra contra la Liga de los Villanos me propuse a no ser un lastre en el campo de batalla; un amigo me lo enseñó y la idea se me metió hasta la médula pues, si fallo durante la pelea y 'me fundo', no podré salvara nadie porque quedaré ahí como idiota haciendo nada y la gente puede morir. Algo que aprendí de la peor manera, la vida es sumamente frágil y se puede apagar en un instante. Por eso no me tomaba a la ligera mi trabajo, aunque pareciera que me divertía cual celebridad; ponía todo mi esmero en mi trabajo.

Pero lo otro daba sus frutos y pronto comencé a encabezar las listas de popularidad; incluso por encima de héroes más competentes y poderosos que yo; aquello era para alocarse pues el mundo del heroísmo volvió a ser prestigioso como cuando yo era un niño y todo con lo que soñé se hizo realidad. Estaba en cada portada de cada revista, en cada anuncio y comercial; comencé a ser contratado por personas importantes como políticos y estrellas del cine para ser sus guardaespaldas o acompañantes para eventos y así comenzó mi fama. Resulta que ser popular y famoso era un atrayente para las damas y debo admitir que se me subió a la cabeza y se me salió de control. Recuerdo a Mineta, mi mejor amigo, gritándome por el teléfono cuando se enteró de mi famita... y no era sólo fama, digamos que nunca me faltó con quien pasar la noche y yo no era tan tonto como para negarme.

Bien, con esta breve introducción de lo que ha pasado en estos últimos años en mi vida vamos al evento principal; todo comenzó en la Gala Heroica de ese año; yo tenía 25 años cuando recibí la invitación a nada más y nada menos que el Four Seasons, George V de París. Recuerdo que me quedé estático mirando la invitación con letras doradas; aunque claro, siempre me habían invitado y siempre me ganaba los mismos premios, todo relacionado con mi fama, el más popular; incluso tenía una vitrina con mis reconocimientos, quizás deba agradarla después de esto. En fin, no podía faltar porque no sólo recibía premios sino porque también veía a mis compañeros y podía recordar viejos tiempos con ellos, que ironía que tenía que viajar a otro país para verlos cuando vivíamos en el mismo país, claro, no todos, pero nunca teníamos tiempo de vernos; de todos modos no iban todos, sólo los que trabajaban como héroes, ya sea como presentadores o porque estaban nominados pero era una buena excusa para vernos y pasar un buen rato. Los últimos 3 años había ido y la fiesta al final del evento era lo mejor; tenia muy buenos recuerdos; por nada del mundo me la perdía. 


Y llegó el tan esperado día, con antelación había recibido mi depósito para comprar mi boleto de avión, sólo tenía que responder un correo confirmando mi presencia; así viajé hasta Francia. Estaba anonadado, no lo puedo negar porque nunca había viajado a ese país; sí a Italia y a España que estaban cerca, pero no a la capital del romance... claro que yo no tocaba esos temas porque... bueno digamos que para cosas del corazón soy un completo idiota... ¿y qué creen? Iba a volver a pasar.

~Una Noche en París~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora