Así pues, lo bello tiene una finalidad propia independientemente de la utilidad o el consumo, si no de la capacidad de apreciar, contemplar y admirar.
Contemplar no es soportar la presencia, si no embelesarte con ella y sentir cada ráfaga de aire, incapaz de cerrar los ojos, pues no deseas perderte un solo detalle de lo que ocurre. Quieres que todo quede grabado en tu memoria, para en momentos de soledad, revivirlo una y otra vez hasta visualizar el recuerdo.
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la belleza del amor
RandomUna pequeña relfexión filosófica sobre la búsqueda de la belleza en algo tan odiado por unos, tan amado por otros y tan indiferente para la mayoría.