Capítulo 03

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TK despertó en su cama aquella mañana y se dió con la sorpresa de que su marido no se encontraba a su lado. Se levantó rápidamente para buscarlo fuera de la habitación y su alivio fue grande cuando lo encontró en la cocina.

TK se había dormido antes de que Carlos regresara a casa y, por un breve instante, al abrir los ojos, pensó en la posibilidad de que Carlos lo hubiera abandonado.

-Ah... Ya despertaste, amor. ¿Dormiste bien?

Carlos lo miraba con una sonrisa de oreja a oreja cómo si nada hubiera pasado.

-Si... si.. ah... la espalda aun me duele...

-Es normal, tardará en sanar.

-Si... fui un idiota.

Carlos lo miró con ternura y se acercó para abrazarlo, no sin antes hacer una pausa cerca a él para esperar su aprobación. TK lo tomó del brazo y fue suficiente señal para que el policía lo abrazara. TK sintió paz por primera vez en un tiempo al sentir el contacto de su hombre. Carlos sentía que su marido estaba progresando mucho en su superación.

-No eres un idiota, TK. Tienes un problema y lo estás superando... ¿Ves? Ya hasta me tocas sin ningún problema.

TK abrazó fuertemente a su marido y lo besó en el cuello con deseo. Carlos se sorprendió por el gesto de TK, pero solo se dejó llevar.

TK besa a su esposo con pasión y lo toma del brazo para llevárselo de vuelta a la cama.

-¿Estás seguro?

Dijo Carlos para comprobar. TK asintió con la cabeza sin decir ni una sola palabra más. El policía tomó a su marido por la cintura y tomó el control del momento. Se colocó justo encima de TK mientras besaba cada centímetro de su cuerpo.

-C... Carlos, no... no espera... ESPERA

No pasó ni un segundo y TK empujó a Carlos con violencia. Carlos se incorporó bruscamente y se quedó mirando a TK con una expresión de impresión ante su reacción tan repentina.

TK se asustó por haber lastimado a Carlos y se cubrió el rostro por la pena.

- Perdón, perdón, perdoname... Carlos, yo...

Carlos respira hondo y se recuesta a su lado.

- No tienes nada de que disculparte...

- Claro que si... yo te puse en esta situación... no debí, si no estaba listo...

- TK... Bebe... ¿No lo ves? Estamos en la cama... juntos... casi sin ropa... Cómo yo lo veo, es un gran avance y estoy muy, pero muy orgulloso de ti.

Carlos sonríe mirando a TK mientras se paraba de la cama y se colocaba las prendas que se había quitado.

- Babe... - Dice TK en tono culposo

- Dime, amor...

- Podemos intentarlo más tarde si quieres... - dijo TK avergonzado

- mmmh No te preocupes, amor... no te presiones con eso, vale?

- Pero... si tu quieres...

- No quiero hacerlo, por ahora, amor... Dejemos esto para otro día.

Carlos salió de la habitación dejando a TK semidesnudo en la cama con una expresión de lamento por no poder cumplir con su esposo en la intimidad marital.

Varios minutos habían pasado y TK al fin decidió salir de su habitación encontrando a Carlos sentado en el sofá buscando entre las películas de la lista de Netflix. TK se enterneció al ver a su esposo en ese plan y se acercó a él para darle un beso en el cuello desde atrás, lo cual lo hizo saltar de sorpresa.

Heridas PermanentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora