Capitulo 5

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La habitación estaba pobremente iluminada y helada. Una vibra de soledad se respiraba alrededor. Los únicos sonidos que se escuchaban provenían del otro lado de la puerta: personas caminando y charlando. TK, quien no dejaba de sacudir la pierna ansiosamente, no quitaba la vista de la puerta esperando impaciente. ¨Vendrán a hacerle unas preguntas, espere aquí¨ fue lo último que le dijeron antes de dejarlo solo en ese lugar.

Los minutos parecían eternos. TK no lograba entender por qué razón no lo habían metido ya a una celda. Ya podía imaginarse con la ropa de reclusorio y durmiendo en su celda esperando su condena. ¨La pena capital, si... eso merezco por lo que hice... asesiné al amor de mi vida.¨ Al fín, el silencio se rompió cuando la puerta se abrió dejando ver a un hombre bastante familiar. Gabriel Reyes, su suegro, estaba parado mirándolo con una expresión severa. TK empezó a sentir mucho miedo y vergüenza de ver a su suegro a la cara luego de lo ocurrido. Este se acercó al paramédico dejando una taza de café en la mesa. ¨Bebe un poco. Ha sido una larga mañana¨. TK estaba confundido por el ofrecimiento amable del Ranger, pero aceptó el café sin protestar. ¨Bien, hijo, ¿sabes por qué estás aquí?¨ preguntó cómo si se tratara de la antesala a un regaño. ¨Asesinar a mi e... a su hijo, señor¨ dijo finalmente.

Gabriel frunció el ceño mientras abría su libreta de notas. Casi cómo si no hubiera escuchado lo que TK acababa de decirle. ¨Bueno... quiero corroborar las declaraciones que le diste a la policía al momento del accidente ¿de acuerdo?¨ TK solo pudo mover la cabeza en señal de aceptar continuar con eso. El paramédico estaba muy confundido por la actitud de su suegro, pero solo pudo sospechar que se trataba de alguna táctica de manipulación que acabaría por destrozarlo psicológicamente al final del interrogatorio.

Gabriel continuó ¨Tomé el cuchillo de cocina y forcejeamos por un momento. Mi esposo cayó al suelo y su sangre empezó a salir de su estómago. Yo lo hice... yo lo maté, soy él culpable¨. TK asintió con la cabeza. ¨Lo que no me queda claro es... el motivo. Quiero escuchar tu versión de los hechos, hijo.¨

TK se empezaba a sentir cada vez más y más avergonzado por lo que estaba pasando. Su suegro pidiéndole explicaciones, su esposo muerto por su culpa. No sabía cuánto tiempo más podría soportar estar ahí. Sentía cómo si todo su ser fuera a explotar en cualquier segundo. Y lo que más le molestaba es que Gabriel siguiera llamándolo ¨hijo¨ aun cuando él era el asesino de su verdadero hijo. La relación con la familia Reyes se había vuelto muy cercana desde la boda. Ambos lo llamaban hijo y él los llamaba por sus nombres. TK miró a su suegro con vergüenza y siguió con su relato.

¨Carlos y yo... no hemos estado bien desde que me... secuestraron y abusaron de mi. Me alejé de él. Ya no podía tolerar que me toque, que me bese. No estaba de humor para nada. Yo sabía que lo iba a perder, era cuestión de tiempo... digo... Solo miralo. Es el hombre perfecto. Dios mio... es el hombre más hermoso y el esposo perfecto. Podría conseguir estar con quien él quisiera. Sin embargo estaba atrapado conmigo. ̈ Gabriel empezó a hacer apuntes en su pequeña libreta.

¨Entiendo, pero eso no explica por qué lo apuñalaste...¨ Gabriel hizo contacto visual con TK en busca de alguna reacción o de hacerlo quebrar su voluntad y hacer que suelte toda la historia de una sola. ¨A Carlos lo llamaron para regresar al trabajo y... yo empecé a sentir que las cosas empeoraron cada vez más y... luego vi los mensajes¨.

¨¿Los mensajes?¨ Dijo Gabriel curioso y al mismo tiempo sintiendo que ya estaba llegando a la parte crucial de los acontecimientos ¨Entre Carlos y el otro muchacho... y luego... fui al mercado con tu esposa y... los vi.¨ Gabriel miró a TK con decepción ¨¿Fue un ataque por celos?... Tayler...¨

Esa era la primera vez que Gabe llamaba a TK por su nombre y se sentía cómo si le estrujara el pecho con sus palabras. Las lágrimas de dolor empezaron a brotar de los ojos de TK y empezó lentamente a quebrarse. ¨Yo no quería matarlo... Gabriel... yo no quería hacerlo... YO QUERÍA ACABAR CON SU DOLOR... quería que dejara de sufrir por mi culpa... Sin mi en su vida... él volvería a ser feliz... con alguien más... YO DEBÍA MORIR no él... el cuchillo era para mí... ¨. Gabriel lo miró con severidad ¨y ¿no creíste que había otra manera de solucionar las cosas?¨ TK miró a Gabriel con el ceño fruncido cada vez más cerca de colapsar ¨Carlos, jamás me daría el divorcio... ¨. Gabriel levantó la mirada con una expresión de orgullo. ¨Es cierto, nosotros lo criamos con buenos valores y en nuestra familia no hacemos eso... Carlos es un buen hombre y estoy seguro que crié a un buen esposo. Jamás te sería infiel. Y jamás se rendiría contigo, Tyler. Los Reyes nunca dejamos a nuestros compañeros de vida atrás ̈

Heridas PermanentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora