Capítulo 01

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Ya era por la noche cuando le llegó el mensaje del híbrido de ojos verdes. Su corazón se aceleró porque sabía cuál era el contenido de esta sin verlo, ya llevaba unas noches haciendo la misma rutina, el oso le mandaba el mensaje y el partía a la casa blanca dónde residía, está vez no llamó a la puerta cuando llegó, solo entró sin más, pudo ver al castaño desde abajo, estaba en el segundo piso en su escritorio, se le veía concentrado en algo, sintió acelerar su corazón.

La primera noche se sentía muy nervioso cuando le llegó ese mensaje del castaño:

["patito... Me siento muy, muy solo 😢, recuerda nuestro trato 😈 te espero en media hora"]

Aunque después se sintió un poco decepcionado cuando se dió cuenta que en realidad lo de "solo dormir juntos" era eso, solo dormir... Pero, no sé quejaba, porque con las otras noches se dió cuenta que en realidad le servía para quitarse el estrés que sentía al saber que las elecciones se acercaban, de una manera estar con Rubius por la noche le hacía calmar ese nerviosismo acumulado por el día, no sabía si para el castaño sería algo similar, debía de hacerle algún efecto si tanto pedía dormir con alguien al sentirse solo, no? No importaba, se sentía feliz al ser ese alguien y no otro.

-Viejaa!...-Le grito al castaño, ya que se había quedado un buen rato observandolo sin que esté se enterará de que estaba dentro de su casa.

-Coñooo!!- se sobresaltó al escuchar al híbrido de pato tan cerca, miró hacia el balcón, y ahí se encontraba el pelinegro, dando unas risotadas.- Qué cojones haces dentro de mi casa, animal de granja?

-Esta ya es mi casa pendejo, yo entro cuando quiero- se jactaba el pelinegro acercándose hacia las escaleras para subir donde estaba el castaño.

-No... Nooo!!- Rubius ya estaba levantado de su silla y corriendo se dirigía hacia donde el híbrido de pato, antes que este subiera a su habitación, al llegar donde estaba lo tomó del brazo y lo jaló para dirigirse a la puerta principal.

-Que... qué haces vieja? Que mierda haces?- preguntaba el pelinegro mientras era arrastrado por el castaño, al ver que este no respondía y abría la puerta, gritó - Eres un hijo de la chingadaa!!

El castaño soltó al pelinegro y cerró la puerta, lo miró a través de esta mientras cruzaba los brazos, se le formó una media sonrisa al ver al pelinegro maldiciendole muy molesto- si tratas otra vez de entrar sin permiso, te llevaré a la cárcel.

-Abreme yá, hay monstruos aquí afueraaa!

- Pídemelo con respeto

-QUE ME ABRAS YAAA- Quackity se encontraba tratando de defenderse de los monstruos. - CABROOON. - gritó mientras recibió una herida que lo dejo en el suelo, estaba tan molesto con el castaño, dejarlo solo, a Merced de esos monstruos, mientras observaba todo sin hacer nada.

Cuando ya había decidido morir para regresar a su casa y no volver; si, dejaría al híbrido del oso dormir solo por esta noche, se lo estaba ganando; sintió unos sonidos de espadazos y vió de reojo al castaño combatir para seguido ayudarlo a levantarse y entrarlo en su casa.

-Coño!! si que están mamadisimo ultimamente los hijos de puta esos.-Dijo el castaño tratando de recuperar el aliento, al no escuchar una respuesta del pelinegro lo miró, este tenía el ceño fruncido, y sus ojos entrecerrados juzgandolo, se rió de su expresión.

-De qué mierda te ríes, cabron? debería de irme y dejarte solo, ya no te quiero ni ver- lo último lo dijo con una voz dolida, cosa que le dió más risa al castaño.

-Vamos patito...me lo debías, era para que aprendieras a tocar la puerta antes de entrar- Quackity bufó al escucharlo - lo que hiciste fue ilegal, debía haberte llevado a la cárcel...y no lo hice eh?

Nadie lo intentó / Rubckity (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora