.CAPÍTULO 2.

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Llegar a Inglaterra me llevó una semana, pero por el camino fui encajando las piezas. Aun haciendo el hechizo para salvarnos, mi tía dijo algo de lo que no me había dado cuenta antes: "los de corazón oscurecido necesitan un sacrificio muy preciado para sobrevivir, aunque eso les conlleve oscurecer su corazón al completo".

Para mi tía preciado significaba siempre algo relacionado con la familia; y si yo llegué a esa conclusión, mis hermanos también. Al llegar a su casa lo primero que sentí fue su energía, como rodeaba el terreno y te hacía retroceder de una manera inexplicable. Desde el principio de la verja vi el escudo de los Holland, lo había visto antes pero nunca me había fijado en lo que había tallado debajo de la H. Me acerqué y vi la estrella grabada debajo, el pentagrama. Entonces lo comprendí, el escudo protegía la casa. Me dirigí hacia dentro de la casa en dirección a la biblioteca, todo estaba lleno de grimorios, libros de historia y otros que no sabía de qué trataban. Me puse a mirar en los libros para poder saber más, entonces leí algo que me desconcertó, el escudo solo funcionaba si la bruja al que estaba ligado seguía viva. Pero no podía ser posible, mi tía estaba muerta, el hechizo de salvación había requerido la muerte de la bruja que lo ejecutaba. Pero estaba intacto, eso significaba que ella estaba viva, tenía que estarlo.

Intenté recordar si había alguna habitación escondida en alguna parte, pero solo se me ocurría el sótano. Y cuando iba a bajar me di cuenta, si era la casa de una bruja debía tener hechizos de ocultación para evitar a los intrusos. Busqué en los libros de hechizos hasta encontrar uno de hacer aparecer lo no visible a los ojos. Me llevo demasiado tiempo, no me había dado cuenta de tanto hasta que la luz del crepúsculo se coló por las grandes ventanas bañando la biblioteca con una luz naranja oscura. Al cabo de un rato, lo encontré y me dispuse a llevarlo a cabo. Empecé a sentir una extraña sensación de que había alguien mirando, pero con los ojos cerrados no me daba cuenta de si solo era una sensación más derivada de la cantidad de poder que necesitaba para utilizar el hechizo o si de verdad había alguien más. Cuando los abrí, vi una puerta, grande de roble tallado que no estaba antes y no estaba situada en ninguna pared, estaba plantada en medio de la biblioteca como si se tratare de otra de las múltiples estanterías que allí había. En la parte superior apareció el escudo Holland con un dragón rodeándolo, eso sí que no lo había visto nunca así que me quede mirándolo fijamente un rato. La "H" estaba completamente agarrada por las patas y las garras del dragón, como si este fuera su cría y lo protegiera enseñando sus colmillos. A la vez, el dragón tenía las alas medio extendidas y algo curvadas como generando un escudo protector por los laterales. Me acerqué y abrí la puerta, al pasarla aparecí en un lugar situado en un acantilado. Me encontré en el patio de una estructura completamente derruida que en algún momento de su pasado debía de a ver contado con unos torreones y ventanas que llamaban la atención de cualquiera que los viera. Era un templo destruido con cinco tronos de piedra alrededor de una mesa con diferentes siluetas esculpidas en ella. Cada una nacía de uno de los tronos, representando los cinco puntas de la estrella y en medio una luz blanca no paraba de brillar. Era como una fuente de energía, debía de provenir de las gemas de los tronos, cada uno tenía una diferente, seguramente esa energía era la que seguía manteniendo el escudo intacto y el hechizo en funcionamiento.

Me acerqué al trono del que nacía el dragón, había un libro con una nota encima con mi nombre. Al abrirla, cayó un colgante con un símbolo celta, por otra parte, en la carta había escrito lo siguiente:

"Querida sobrina,

Ahora ya no estoy aquí, pero mi magia está vinculada a el templete en el que estás y a mi casa. Estos dos sitios nunca desaparecerán, serán lugares a los que podrás volver aun cuando pasen los siglos. Tienen un hechizo que les hace cambiar su estética para adecuarse a los tiempos y que nadie se dé cuenta. Tienes todo lo necesario para saber sobre tu historia y como utilizar tus poderes; y si tienes algún problema te dejo el contacto de una de las brujas más antiguas y de las pocas en las que yo confiaría mi propia vida y bienestar. Solo te puedo decir que la conoces y que la magia no debe ser utilizada de mala manera. Todo tiene un precio, la vida lo paga.

Siento no haberte explicado nada, pero tu madre no me dejó: por eso preparé todo esto para que te ayude.

Se la persona que sé que eres,

Amelia H."

CRÓNICAS DE UNA BRUJADonde viven las historias. Descúbrelo ahora