Un mes más tarde
En el mes que ha pasado, Arthur me ha explicado muchas cosas que yo no sabía y me contó muchas otras de las que yo ya había escuchado, pero con mucho más contexto. La más importante fue la invasión al castillo franco, resultó que los vikingos habían sido pagados por Jeffrey para sacarme del castillo después de pasar meses buscándome.
- Ellos no sabían a por quién iban, se supone que deberían haber dicho "la familia es el poder angular"; pero la riqueza que vieron en el castillo les pudo. Cuando volvieron y dijeron que te habías escapado, tu hermano se puso muy nervioso y los mató. Ni tu madre se dignó a decir nada, se negó a hacer uso de su magia para encontrarte. Estuvimos buscándote durante interminables días y noches, hasta que Jeffrey enloqueció por completo y empezó a asesinar. Ahí empezó el "destructor", y hasta ahora nadie lo había logrado parar. - decía mirando a mi hermano desde la biblioteca. - Cada vez que mata, se vuelve más poderoso y se hunde más en ese pozo mental en el que se encuentra. Es un círculo vicioso porque se, que si estuviera en sus cabales, no asesinaría a nadie a sangre fría.
- Esa no era mi madre, era una mujer a la que le impusieron ese papel. Nunca me mostró afecto, al igual que a mi padre y a mis hermanos. Nosotros provenimos de los verdaderos reyes, esos utilizaron un hechizo para que viviéramos sin problemas, pero falló y no sé cuál era el hechizo. Lo único que se es que no me fio de nadie...- abrí la puerta del templete para pasar.
- Pero Jeffrey es tu hermano, la familia es un pilar que siempre está ahí. - me dijo Arthur, pero él no entendía nada, ni lo que yo había pasado. Para mi eso ya no era un factor de importancia, por qué debería serlo si mi propia familia me falló.
Pasé al templete con un cuenco con sangre para Jeffrey, mejor que se alimentara y que no fuera de la mía. Cuando llegué lo vi sereno, relajado y mirando el sol. Cuando sintió la puerta se dio la vuelta, percatándose de que era yo, sonrió. Hacía años que no veía esa sonrisa serena, transmitía tranquilidad y paz.
- No puede ser, eres tú, no has cambiado casi. - se intentó acercar para abrazarme, pero la barrera que creé lo paró. No se dio cuenta hasta que me vio la cara, solo con signos de enfado y una mirada impasible. - ¿Por qué me miras así? Soy tu hermano, te exijo una explicación.
Dejé el cuenco en el escalón y me quedé delante de él, de pie. Para mí ahora mismo era un completo extraño y que me exigiera una explicación... Digamos que no tenía ningún derecho.
- ¿Por qué? Por la traición, y te recuerdo que tú no tienes ningún poder ahora mismo. A conocimiento general yo estoy muerta, así que ningún hombre me manda. Espero que me expliques por qué me disteis como si fuera un cacho de carne, así que, empieza a hablar. Y será mejor que me digas la verdad porque te haré sufrir sin miramientos. - me senté mientras lo miraba fijamente, mientras él se sentaba enfrente.
Su mirada se volvió desconcertada, yo no era como el recordaba y era completamente evidente a simple vista. Al cabo de unos segundos, miro hacía el suelo y tomo aire profundamente, preparándose para contarlo todo.
- Nosotros descubrimos el hechizo hacía ya un mes, intentábamos averiguar como romperlo y sin que nadie sospechara. La salida que hicimos a caballo fue para ir a la casa de la tía, que no sabíamos donde estaba y nos perdimos. Estuvimos tres días perdidos hasta que encontramos esto, el templete. No había nada, solo una nota de un Roland del futuro porque estaba fechada con 7 años de diferencia. En esa nota decía que tú eras una de las que podían acabar con esto, pero que el futuro sería nefasto. Roland dijo que tú eras el problema, que por tus poderes nos ibas a traer la perdición y Kole lo secundó; mientras Howard se puso a meditar la forma de deshacerse de ti. Yo intenté hacerles entrar en razón diciendo que podía referirse a que tú eras la única que podía terminar con la maldición, pero no me escucharon. - Me miró, me vio impasible y sus ojos se empezaron a llenar de lágrimas. - Es verdad, te lo juro. Tu sabías ver cuando la gente decía la verdad, hazlo ahora. – dijo desesperado.
Me levante girándome sobre mi misma, pero antes mirándole a los ojos sabía que era verdad lo que me decía. Aún así no dejé que se diera cuenta, no iba a ser tan fácil. Puede que me dijera ahora la verdad, pero no sabía si había algo más en todo este asunto y no iba a fiarme de primeras.
- Solo funciona con mortales, no con vampiros; pero lo descubriré igualmente e iré a buscar a Kole.
Mientras tanto, Jeffrey me gritó:
- Descúbrelo, y cuando lo descubras y vuelvas estaré aquí para ayudarte.
Al salir cogí el mapa, el colgante y una figura de una flor que me había regalado Kole. Arthur encendió una vela y salvia, me concentré y empecé a recitar el hechizo localizador "Phasmatos Tribum Nas Ex Veras", pero esta vez no funcionaba. Solo percibía un muro, no era frío asique Kole estaba vivo. O todo lo vivo que puede estar un vampiro.
- Algo bloquea a Kole o lo protege, alguien a puesto un hechizo de velo protector alrededor. Pero esos hechizos son muy poderosos, ha tenido que ser una bruja o un brujo muy experimentado, la pregunta es quién.
Nos quedamos mirando el mapa y la figura mientras la salvia deja de emitir humo y las velas se apagan, alguien sabe que busco a Kole y tengo bien claro que eso no es bueno. Que alguien vaya por delante de tus pasos, te hace pensar en muchos posibles escenarios. La pregunta es quien será y que gana con ello, Kole no tiene ya nada que ofrecer.
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CRÓNICAS DE UNA BRUJA
Science FictionLo que pasó, no debió haber sucedido. Tan fácil como eso, tan difícil saber por qué. Un viaje a través de traiciones y verdades nunca reveladas. No te fíes de nadie, incluso de tu familia. .PROHIBIDA SU COPIA O ADAPTACIÓN. Se tomarán medidas legal...