Lee Minho no acababa de comprender el porqué de este cambio. Llevaba 8 años estudiando en la misma escuela, así que, ¿porqué?, ¿Porqué sus padres consideraron que era buena idea cambiarlo de escuela en su último año?
Todas esas preguntas invadían su mente mientras se dirigía a su nueva escuela. El camino fue dolorosamente lento, y lo único que podía hacer era desear que su madre diera la vuelta, y lo llevara a su antigua escuela, para pasar su último año con aquellas personas que lo habían acompañado toda su vida, aquel pensamiento se quedó en eso, un deseo, que se desvanecía mientras bajaba del auto y entraba por aquella desconocida entrada.
Un enorme sentimiento de ansiedad lo invadió, mientras pasaba por el pasillo que lo llevaría a su salón, y veía grupos de personas reunidas en frente cada aula.
Finalmente llegó, pero se cuestionó seriamente el entrar, al ver una multitud reunida en la puerta de el que sería su salón por el resto del año.
- Con permiso por favor. - Dijo, pasando entre aquel grupo y entrando al salón.
Buscó un pupitre en el fondo del aula, pero mientras dejaba sus cosas y se sentaba, una voz lo sacó de si mismo.
- ¡Hola! ¿Eres nuevo verdad? - Al voltear, se encontró con un par de orbes cafés mirándolo.
- Yo... Si lo soy.
- Genial, mi nombre es Han Jisung, un gusto. - Dijo, mientras le tendía su mano.
- Me llamo Lee Minho, el gusto es mío.