TERCER CAPÍTULO.

63 11 0
                                    

Éramos compañeros de clase, y nos fuimos conociendo debido a todos los trabajos que nos tocaron hacer juntos.

Cada profesor tenía una diferente metodología de estudio, y comúnmente los profesores estrictos agrupaban a los dos mejores promedios entre sí. Con el resto no había problema pero en nuestro caso era diferente.

Cada actividad implicaba risas y diversión.

Al principio no hablábamos mucho, pero luego fuimos tomando confianza y fue ahí que me di cuenta de algo.

Estaba enamorada.

Le presente a mi hija y le conté mi mayor secreto.

Y ese era el como había sido engendrada mi pequeña princesa.

Él se sorprendió cuando descubrió que era madre, no se lo esperaba.

Y ví como apretaba los puños conteniendo la ira cuando le conté que me habían... Violado.

Creo que logré ver cómo sus ojos pasaban de ser negros oscuros a un rojo carmesí, pero fue en una mínima y corta fracción de segundo. Luego ese tono rojizo se fue tan rápido como apareció.

Fue... Extraño.

Aún recuerdo ese día.

Los últimos trabajos en parejas siempre los realizaba con él, éramos -según.- los mejores de la clase y era de nosotros de quienes esperaban la excelencia.

Todos lo proyectos los hacíamos en la casa de Itachi, o bueno, en su departamento.

Era agradable estar en él, pero para el próximo no podía ir a su casa.

Ya habíamos acordado todo y yo estaba esperando a la niñera para que cuidara de Hanabi, pero la niñera me llamo a último minuto para decirme que no podía venir.

Llame a todos mis conocidos de confianza, pero ninguno de ellos podía cuidarla, estaban ocupados.

Así que llame a Itachi para cambiar los planes.

Ya no nos reuniríamos en su casa, sino en la mía.

-Hola, Tachi ¿Cómo estás?

-Yo muy bien, luna mía. ¿Y tú, cómo estás? -ese es mi apodo, luna mía, estrella, perla, media luna o cristal. Aunque de todos ellos el que más me gusta es luna mía y media luna. Se escuchan adorables.-

-Bien, pero tengo un problema...

-¿Qué pasa Hina? ¿Todo bien? -la preocupación en su voz a mi me derrite, me parece tierno, me encanta.-

-Estoy bien, pero por hoy no puedo ir a tu casa, surgió algo... Quería preguntarte si podrías venir a mi casa para realizar el proyecto ¿Por favor...?

-Claro luna mía, dime el piso de tu apartamento y voy enseguida. -noto tranquilidad y alivio en su voz, seguro pensó que en realidad me había pasado algo.-

-Piso 105. -le respondo con una enorme sonrisa.-

-Bien, estoy ahí en 20 minutos.

-Pero tu casa queda lejos de la mía ¿Llegarás tan pronto?

-Tengo la moto Hina, en ella llegaré rápido, tranquila.

-Esta bien, ten cuidado y cuídate.

-Lo haré luna mía, siempre lo hago.

Espere el tiempo que él acordó y llegó justo a tiempo.

Mátame si así lo deseas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora