STRANGE ━━ enhypen

13. a date in the square

capítulo trece
'una cita en la plaza'

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LAS INMENSAS REJAS SE ABRIERON DE PAR EN PAR Y Haeun ingresó al imponente castillo de Ashana como nueva criada, tal como lo dictaba el plan. A pesar de la majestuosidad del lugar, su rostro permanecía imperturbable, reflejando la frialdad y determinación que la caracteriza Ban, incluso dejando de lado que hacía unos instantes un caballero había intentado atraparla.

La jefa de la servidumbre, una mujer de porte imponente y voz autoritaria, la recibió al frente de la puerta designada como entrada a los empleados del reino y Haeun decidió bajar la capucha de su capa, dejando ver cabello castaño, que en realidad era una peluca, y su rostro que podría ser considerado a simple vista como una obra maestra de la armonía y la gracia. Sus ojos enigmáticos brillan con un brillo cautivador que hipnotiza a quienes los miran, mientras que su nariz finamente esculpida acentúa su estructura facial delicada. Sus labios, suaves y perfectamente contorneados, están curveados logrando así una pequeña sonrisa. Podría ser la competencia de cualquier princesa si se tratara de belleza, pero lastimosamente, había nacido en una familia trabajadora.

─Bienvenida al castillo de Ashana, Haeun. ─dijo con un tono que no admitía objeciones─ Soy Lady Elara, encargada de supervisar a todas las criadas de este castillo. Te enseñaré tus responsabilidades y te daré un pequeño recorrido por el castillo hasta llegar a tu nueva habitación.

Haeun asintió con indiferencia, siguiendo a Lady Elara mientras entraban y recorrían los pasillos del castillo. La mujer le mostró las diferentes áreas de servicio, desde las cocinas hasta las habitaciones de los nobles. Haeun escuchaba con atención, pero su mente estaba ocupada por un único pensamiento: cómo acercarse a la princesa y lograr su objetivo.

El castillo de Ashana es imponente. Sus torres, que se alzan hacia el cielo como dedos hacia las estrellas, están adornadas con elegancia y majestuosidad. Los jardines que lo rodean son un espectáculo de color y vida, donde las flores más exóticas y hermosas compiten por la atención bajo la cálida luz del sol. Cada rincón del castillo está impregnado de encanto, y su cuidado meticuloso se refleja en cada detalle, desde los vitrales relucientes hasta los suelos de mármol pulido. Haeun no lo admitiría, pero se asombraba por tanto lujo y destello, era su primera vez estando en un castillo, por lo que se le iba el aliento cada tanto. Ellos vivían en el paraíso, mientras la mayoría de los pueblerinos no.

Finalmente, llegaron a la sección donde se encontraban las habitaciones de las criadas. Lady Elara señaló una puerta al final del pasillo.

─ Esta será tu habitación, Haeun. ─anunció.─ Compartirás la habitación con otra criada, para su suerte, solo serán ustedes dos, normalmente suelen ser tres en una habitación.

Haeun asintió sin decir una palabra mientras entraba en la habitación asignada, no deseaba gastar saliva innecesariamente hablando con ella. Observó fríamente la modesta decoración y se acercó a la cama que le correspondía, una cama sencilla, cubierta por una manta gastada, que estaba en un rincón dividiendo la habitación con una línea invisible en dos.

Cuando la señora se fue, dejándola así sola en la pequeña habitación, dudó si debía quitarse su peluca, empezaba a picarle y por lo tanto, a irritarla, pero a la vez, sabía que era un riesgo grande, en cualquier momento su compañera de cuarto entraría por esa puerta y no hallaría las palabras exactas para explicar el porqué tenía una peluca y porqué su cabello era azul.