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Chan se miró al espejo y sobó una vez más su mejilla, ahí donde se encontraba un círculo morado provocado por el bonito pie de su hyung

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Chan se miró al espejo y sobó una vez más su mejilla, ahí donde se encontraba un círculo morado provocado por el bonito pie de su hyung.

Si no le gustara tanto...

El maquillaje hizo su magia y el moretón había desaparecido en cuestión de segundos.

Suspiró frustrado antes de bajar a desayunar.

Jeongin no se sentía muy bien, tenía un horrible dolor de estómago y un poco de resaca

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Jeongin no se sentía muy bien, tenía un horrible dolor de estómago y un poco de resaca.

—No puedo creer que lo hicieras, me da mucha vergüenza ser tu amigo, Innie —se quejó Félix haciendo un puchero abrazando a Changbin por la espalda, mientras estaban acostados en la cama.

—Ni que lo digas, nuestro prestigio ha bajado dos niveles, nadie nos va a tomar en serio de ahora en adelante —secundó Changbin.

—Ustedes no se preocupan por mí —se quejó esta vez Jeongin y se hizo bolita en el poco espacio que tenía de la cama de Changbin—. Casi muero ahí con él y ustedes preocupándose por su reputación y prestigio.

—Innie, fue demasiado vergonzoso, saliste llorando y gritando acerca de un monstruo.

—¡Es que tiene un monstruo ahí abajo! —gritó por la poca comprensión de sus amigos.

—Pero eso todo el mundo en la escuela lo sabe.

—Él dijo que no medía 26 centímetros y yo confíe en él.

Félix y Changbin se miraron entre ellos y luego se empezaron a reír como focas retrasadas.

Molesto, Jeongin tomó la almohada y empezó a golpearlos, después los tres estaban jugando cuales niños de preescolar.

Todo se detuvo cuando el celular del mayor empezó a sonar.

—Aló —dijo después de contestar con una sonrisa en los labios.

Esta vez fueron Félix y Jeongin los que se miraron entre sí.

—¡Changbin, bájate de la mesa! —gritaron ambos.

—Hijos de pe... No, no te digo a ti —la cara de Changbin estaba demasiado roja—. Sí claro, ahí estaré... ¡Voy a matarlos! —gritó después de colgar.

Los tres chicos corrieron por toda la habitación de Changbin, mientras se burlaban del rostro jitomate del mayor.

—Ufff... Tienen demasiada energía para mi salud —se quejó el mayor después de perseguirlos un rato—. Cierto... Cierto, ¿te acuerdas del chico de ayer? —le pregunto a Jeongin, el menor asintió—. Me ha invitado a ver una película en su casa.

—Quiere coger —dijeron los otros dos.

—¡No! —el mayor rodó los ojos—. Ha dicho que invite a mis amigos.

—Oh... ¿Y qué estamos esperando? —corearon de nuevo Félix y Jeongin—. Préstanos ropa.

Los tres se metieron a la ducha, mientras bromeaban sobre la ropa negra de Changbin.

—No toda mi ropa es negra —se quejó el mayor.

—No toda mi ropa es negra —se quejó el mayor

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El tamaño sí importa ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora