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—Eres un bastardo con suerte —le dijo Jeongin a Chan—

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—Eres un bastardo con suerte —le dijo Jeongin a Chan—. ¿Así está bien? —preguntó tratando de relajarse.

Pero el sólo pensar que tendría el miembro de Chan en su culo lo hizo tensarse.

—Separa las piernas un poco más —ordenó Chan y Jeongin obedeció con un chasquido—. Prometo que será bueno, sólo tienes que relajarte.

—Suena fácil —Jeongin rodó los ojos, luego miró a Chan, casi imposible por la falta de luz, pero claro que podía detectarlo bajando su cabeza hasta su pene.

Lo vio lamerlo y después recorrer un camino hasta su culo.

Joder nunca le habían dado un beso negro y se sentía jodidamente bien tener los labios gruesos del menor en esa parte de su cuerpo.

A su pene le gustaba.

—¿Puedo tocarme? —le preguntó a Chan la respuesta fue una lengua sumergiéndose en su ano y haciendo alzar las caderas—. Joder, eso es bueno —le dijo—. Me importa una mierda tu permiso, voy a tocarme.

Llevo una mano a su miembro para masturbarlo y la otra a la melena de Chan, jalándola, sus piernas rodearon el cuello de Chan, no queriendo que dejará de jugar con su ano.

Pero Chan terminó por separarse.

—Eso te gustó, ¿no?

Asintió de mala gana, Chan puso unos dedos en sus labios y sabiendo para qué serían los chupó, haciendo sonidos obscenos y provocando al menor.

—Con eso es suficiente —le dijo y los retiró—. Trata de respirar.

Jeongin sintió una pequeña intromisión, no fue doloroso y se sorprendió así mismo de que su interior pudiera tomarlo, la lengua de Chan había hecho bien su trabajo.

—Eso fue fácil —le dijo.

—Lo fue —le dijo de igual forma Chan empezando a mover su dedo.

Jeongin se aguantó las ganas de soltar pequeños jadeos, sólo apretó la boca.

Sintió otro dedo entrar, pero de nuevo se sorprendió porque no dolía, era raro, pero no doloroso.

Se retorció cuando Chan tocó algo seguramente su próstata.

—Oh mierda —dijo—. Eso es... sigue frotando ahí, si paras te mataré.

Sólo escuchó una risita del menor y luego sacar sus dedos haciéndolo sentir vació.

—¿Pero qué mierda? Dije que no pararas.

—Si sigo tocando ahí te correrás y entonces yo no tendré diversión, voy a follarte ahora y tú lo amarás tanto que irás a Seúl sólo para recibir otra follada de mi parte.

Jeongin se carcajeó y negó.

—No, cariño, tú vendrás desde Seúl y rogarás para que te deje follarme.

Ambos rieron y Chan se apresuró para acomodar el condón en su muy, muy duro miembro.

Se colocó entre las piernas de Jeongin y las apretó con fuerza, seguramente dejaría marcas.

Alineó su pene a la dilatada entrada y se introdujo despacio.

—Tan malditamente caliente estás ahí adentro —rugió y se introdujo más.

Eso sí dolía, pero Jeongin lo aguantó, los anillos de su interior se estaban ajustando a Chan. Había un poco de ardor y cuando el menor se impulsó por completo soltó un jadeo.

—Santo dios, duele como la mierda.

Chan soltó una carcajada sin moverse para que el mayor se acostumbrara a tenerlo dentro.

—¿Cómo se supone que duele la mierda? —preguntó para distraerlo.

—No lo sé —Jeongin se sonrió a su lado—, como cuando estás estreñido y no puedes cagar.

—Ya me está dando asco —se burló pegando su rostro al pecho de Jeongin, podía oírlo respirar agitadamente, por él.

Alzó la mirada, casi no podía detectar por completo las expresiones de Jeongin, pero sí él brillo en sus ojos.

—Quiero besarte —le dijo, no hubo respuesta más que unas manos en sus mejillas haciendo que acercara su rostro y luego unos labios suaves probando los suyos.

No hubo más palabras, sólo el sonido de unos besos húmedos y el chasquido que hacían sus pieles al chocar con cada embestida, gemidos agudos y graves, todo a la vez.

No hubo más palabras, sólo el sonido de unos besos húmedos y el chasquido que hacían sus pieles al chocar con cada embestida, gemidos agudos y graves, todo a la vez

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¡Mierda, no hay internet! ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora