❥ Final

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Chan no había mentido

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Chan no había mentido.

Había sido suave, gentil, lo había besado como si fuera algo muy frágil y después...

Estaba partiéndolo en dos, golpeando su próstata y gruñéndole al oído. Jeongin creía fielmente en que, si seguían así, podrían hasta romper la cama.

Bueno, no, tal vez estaba exagerando un poco, pero Chan si estaba siendo rudo.

Curiosamente no le molestaba, porque sabía que él podía con eso y más, lo mejor de todo es que Chan no lo estaba tratando como una chica, como si fuera frágil.

Eso era bueno.

Lo sintió salirse y maldecir.

Entonces Jeongin lo miró, con frustración porque seguía duro, sin correrse y Chan había parado la acción.

—¿Qué pasa? —preguntó—. ¿Por qué te detienes?

—Se rompió el condón —dijo de mala gana—, y no tengo otro.

—¡Mierda! —exclamó—. No puedes decirme eso justo ahora, no voy a dejar que me folles en seco.

—Tampoco pretendo hacerlo, ¿seguro que no tienes un condón por ahí?

—No —le dijo pensando—, pero creo que mis papas tienen, los vi la semana pasada mientras limpiaba su habitación.

—¿Vamos por ellos?

—Por supuesto —ambos se levantaron de la cama, desnudos y duros como una roca.

Jeongin se quejó sintiendo un dolor en su parte baja, sin embargo, lo ignoró, lo único que quería en ese momento era correrse.

Encendió la lámpara de su teléfono celular y revolvió en el cajón del armario de su padre.

—Aquí los vi, pero no están —dijo, buscó en otro cajón y sonrió—. Cielos, deben follar como conejos porque no quedan tantos como yo había visto, tenían una bolsa completa de tiras.

Chan tomó una tira y se apresuró a acomodarse el condón.

—De rodillas —le ordenó a Jeongin.

—No, no voy a hacerlo en el cuarto de mi madre.

—Quiero correrme, no esperaré a ir a tu cuarto —le dijo—. Ponte un condón, así no mancharás, lo haremos en el piso.

Jeongin ni siquiera sabía por qué no se había negado más, sólo sabía que también quería correrse y la polla de Chan dentro de él se sentía bien.

Se puso el condón y se arrodilló en el piso, Chan se hincó detrás de él y lo penetró de una estocada.

—Oh mierda, se siente genial estar dentro de ti.

El mayor no dijo nada, sólo movió sus caderas para empezar a otra ronda de embestidas. El menor las apretó en sus brazos, moviéndolas, haciendo que golpearan con su pelvis, una y otra vez, podía sentir el vello suave acariciando sus nalgas cuando llegaba a la base.

Era tan extraño.

Pero no se sentía mal, incluso pasar algunos fines de semana en Seúl tampoco sonaba tan mal.

—¡Oh dios mío! —exclamó—. Voy a correrme.

—Hazlo —susurró Chan en su oído, golpeando duro a su excitación.

Sus brazos no pudieron más y se dejó caer al suelo con el culo alzado, entonces se corrió dentro del condón que se había puesto y gritó, a Jesucristo a Dios y a su Santa Madre.

Se sentía pecador y estaba agotado.

Chan no salió de él, siguió embistiéndolo sin piedad, le dio la vuelta y lo hizo alzar sus caderas, follando su ano, su cuerpo. Hasta que cayó encima de él gimiendo fuerte su nombre.

"Jeongin, oh dios, Jeongin".

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Jessica terminó de subir las maletas a su coche.

—Chan, ayúdame con esta, está pesada —le dijo a su hijo, el menor asintió y dejó su celular de lado para ayudar a guardar sus maletas.

Sólo veía cómo se despedían todos.

—No sé qué le pasó a Jeongin, pero no quiso salir a despedirse —dijo Amy—. Espero no les moleste, dice que está cansado.

—Los jóvenes de hoy se cansan por cualquier cosa —Jessica le dijo restándole importancia—. Nos vemos después —se despidió de todos.

—¡Hasta luego! —les dijo Chan subiendo al coche—. Despídame de Hyung.

Luego miró a su mamá.

—¿Cuándo volveremos a venir?

Jessica lo miró.

—Pero si a ti no te gusta salir de casa, seguramente te hiciste amigo de Jeongin mientras no había luz —ella sonrió y Chan asintió—. Ves, no necesitas el celular para hacer amigos.

—Lo sé, mamá, aprendí la lección —le dijo sonriendo.

—Lo sé, mamá, aprendí la lección —le dijo sonriendo

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Gracias por leer. <3

¡Mierda, no hay internet! ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora