Disclaimer: Los personajes no son míos, solo mis alocadas ideas.
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Inspirado en un fic Helsa Navideño y en algunos diálogos graciosos de un juego.
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Llevaba un par de minutos de pie viendo ese corredor, era tan amplio que sus exhibidores me mostraban cada joya y repisa de cristal que contenían una centena de objetos de valor y diseñador.
Después de las gran guerra y con algo de metralla en mi cuerpo (siendo enfermera al punto de arriesgar mi vida), esté mismo necesitaba presumir algo nuevo y que al menos no denotara esa marca.
Con esa belleza y esa altura sumada a mi esbelto cuerpo, mi presencia, mi vida, resaltaban como un lingote de oro.
Tal vez un lindo cristal.
Tanto había madurado que hablaba conmigo misma.
Denotándome con mi melena rubia oxigenada y muy bien protegida por aquel abrigo de color ónix ceñido a mi cuerpo, realmente había un contraste imposible pero cómodo.
Era imposible que alguien me ignorara; cualquiera lo podía hacer pero realmente no creo que nadie quisiera hacerlo.
Mis ojos mientras me pavoneaba notaban muchas prendas, ¿Cuál sería la perfecta para salvar?
Mientras mis labios de un tono cereza divisaban una línea tensa bajo mi entrecejo fruncido, observé con cuidado el mostrador antes de quedar paralizada con un par de guantes.
Realmente eran bonitos y más si cualquier chica tonta los miraba en ese aparador de vidrio lujoso.
Ellos no iban a quedarse mucho tiempo allí.
Una oportunidad perfecta.
Alguien pagaría mejor que yo por esos guantes y como si fuera a dar una visita a un restaurante; el mejor plato lo paga quién tiene buen apetito para devorarlo.
Claro que sí.
Tenía esa duda de saber si añadirlos a mi armario o no.
Después de la gran guerra muchas de mis prendas habían sido robadas.
Entre tanto miraba indecisa, de pronto una voz masculina algo aterciopelada me interrumpió, obligándome a dirigirle mis pupilas hacia su dirección - Buenas noches, señorita. ¿Hay algo qué le llamé la atención?-.
Una vez me llamo, me sobresalte un poco.
Increíble pero era al parecer el recepcionista y/o vendedor de este sitio, pues su insignia elegante lo distinguían muchísimo y sobretodo más si se le ocurría pasearse por las calles.
No había manera de olvidarse de su cuerpo musculoso, su fino traje, su rostro angelical e infantil y su nombre en una pequeña tarjeta pegada a su abrigo: Jackson Overload Frost, gerente general.
Ya lo había visto atender a una poca clientela que merodeaba buscando la prenda perfecta.
Menudo caballero, ¿No me invitaría a pasear?
Je je je, me lo había imaginado por un segundo dentro de un coche.
¡Run, run, run! "Hola, preciosa, ¿No te gustaría dar una vuelta?". ¡Ja ja ja ja!
Dirigiéndole mi atención, rápidamente le dije que me encantaría analizar sus lindos guantes que tenía en los aparadores - Si, hay algo de mi interés. Me encantaría mirar de cerca esos guantes. Parecen que irían como anillo al dedo en mis manos-.
Entre tanto se colocaba de forma elegante (tal vez menos arrogante que ese pelirrojo de la otra tienda a la que había ido primero) sus manos por detrás de su espalda, sucesivamente me respondió con una sonrisa dulce - Son elegantes. Parece que tiene un buen ojo, señorita. Permítame y ahora mismo se los muestro-.
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Jelsa: Love Stories
RomanceCon ustedes, un Amor tan blanco como la nieve. Perfección y Cariño. Con varios mundos por contar Jack y Elsa llevan en Love Stories a cruzar aventuras románticas donde el frio y el hielo reinan. Recopilación de one shots y algunos long shots que ron...