6. Otra cena mas

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ESTE CAPÍTULO NO CONTIENE SEXO. SI ESTAS BUSCANDO ESO PUEDES ENCONTRARLO EN LOS CAPÍTULOS: 11. AMARRADA, 7. MATEO Y MICHELLE, OTRA VEZ, 24. UNA NOCHE DE LOCAS E1. Como comenzó a gustar me gemela o E2. La primera vez con mi gemela.

Llego al departamento de Miss Fortz otra vez, esta vez estoy decidida a todo lo que venga. Es de noche y tengo frio con este vestidito, pero haría todo para que Mateo me vea así de preciosa. El vestido es negro mate, me llega hasta el muslo, con un escote modesto, de un solo corte, es un poco elegante, pero perfecto para esta ocasión. Miss Fortz me regalo el vestido, yo nunca podria comprarme alguno así de bonito. Quiero que vean que estoy dispuesta a hacer lo que quieran esta noche. Hoy no me echare para atrás como la última vez. También llevo unos tacones negros, aprendí a andar en ellos hace poco. Nunca me pongo tacones, pero Miss Fortz me dijo que le gustarían a Mateo así que me puse a practicar como caminar con ellos y también los traje. Estoy maquillada para la ocasión, le pedí a Celeste que me maquillara, ella no tiene ni idea de para que lo hizo, pero sí que sabe maquillar bien.

Entro al departamento nerviosa, saludo al portero y aprieto el botón del elevador, subo al último piso y toco el timbre de la puerta. Es una puerta blanca, con las manijas doradas. Me abre Mateo. Esta asombroso, una camisa blanca impecable, con los primeros botones desabrochados, dejándose ver una parte del pecho, pantalones beige un poco entallados, una correa marrón al igual que sus zapatos. Este hombre se veía muy elegante y como siempre y esa mirada que me mata. -Hola guapa. - Me lo dijo con la mano en la puerta mientras que me miraba a los ojos y me sonreía de un solo lado, él siempre es tan encantador y carismático, es del tipo de personas que te caen bien desde que lo ves. Yo no soporte la presión de su mirada y tuve que voltear hacia el piso mientras se me salía una risa nerviosa. Mateo me dijo -Ven, pasa. - Me abrió la puerta como un caballero y yo lo salude con un beso y entre al departamento un poco asustada, pero sumamente atraída por Mateo. La última vez que nos vimos me demostró lo que quería de mí y saberlo me ponía más segura. Saber que me deseaba me hacía sentir más poderosa, como si tomara un poco el control la situación. Lástima que no pudiese aprovechar la última vez que lo vi por los nervios y el miedo que sentía, pero ahora no será así.

En el comedor Mateo me pidió que me sentara y cuando lo hice llevo la silla en la que estaba sentada hacia la mesa. Me sentía muy especial, me gustara que me atendiera, no recordaba que nadie antes haya hecho eso por mí. Mateo se sentó al frente mío y me dijo -Michelle está terminando de arreglarse. Me dijo que esta era una noche especial también para ella.

-¿Por qué?

Mateo me respondió con la misma mirada picara que tenía Miss Fortz cuando me decía cosas inapropiadas. -Me conto lo especial que sería para ti esta noche y si es que lo era para ti también lo era para ella. - Eso me espanto un poco ¿Cuál de todas las cosas que las cosas que le conté le habrán dicho a Mateo? Me comenzó a incomodar, que supiera las fantasías que habia tenido con el... Pero al mismo tiempo... verlo tan seguro mientras me hablaba así me atraía. Sabía que si Miss Fortz le habia contado algunas de las cosas que le haría no le incomodaba en lo más mínimo. Esto sumado al hecho de que Mateo probablemente quisiera cumplirme las fantasías, hacia que incluso me gustara la idea de que supiera más sobre todas mis perversiones, como si quisiera contarle.

Llega Miss Fortz al comedor, también con tacones, con un vestido y un look parecido al mío, pero en rojo. Su vestido también era elegante, de un solo corte, pero más escotado y apretado que el mío. Le quedaba muy bien como resaltaba su figura.

-Hey. (Hola)

Nos saluda feliz y sonriente a los dos y toma asiento. Mateo la pasa su mirada por todo su cuerpo y sonriente le dice -"Hola." -. Como si no se hubiesen visto antes de llegar a la cena. Se miran ambos a los ojos, sus sonrisas pasan de tratar de aguantarla a mostrar los dientes, Miss Fortz se inclina hacia él y le da un besito, bastante sutil, solo un piquito, se le queda viendo a los ojos, mientras que se echa para atrás en la silla y se encoje los brazos, las manos quedan entre sus muslos. Lo mira con el mentón hacia abajo, como si estuviese tímida, mientras que vuelve a intentar aguantar su sonrisa, el no deja de mostrar todos los dientes, soba sus muslos suavemente y luego la entrepierna, hasta tomarla de la mano.

Miss Fortz: Erotismo lésbico Alumna y MaestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora